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Marco Ballesteros

¿El fin de Sara?: el PSOE de Madrid prepara el relevo

Están señalados: Sara Hernández y Javier Rodríguez, quemados por sus vaivenes, dejarán paso a una nueva dirección del PSOE en Madrid. Sánchez tiene un nombre, aunque el susanismo no desiste.

Pedro Sánchez, en el centro, con los dos dirigentes caídos en desgracia, alcaldes de Getafe y de Alcalá

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El diputado José Manuel Franco es el elegido por Pedro Sánchez para controlar el PSOE de la Comunidad de Madrid, una federación clave sumida en una profunda crisis resumida en un dato: el propio Sánchez quedó cuarto en la circunscripción por la que se presentó en las Elecciones Generales.

Los alcaldes de Getafe y Alcalá están quemados para sanchistas y susanistas. Y Sánchez quiere otros líderes en Madrid

Ahora, su hombre de confianza y su voz en Madrid en toda la batalla previa a las Primarias que ganó a Susana Díaz, puede ser el encargado de pilotar la nave socialista entre las olas de una tempestad interna que no cesará: todo el susanismo ha dado un paso atrás tras el fracaso de la lideresa andaluza, pero no ha desaparecido ni desaparecerá.

Dos alcaldes desleales

Los primeros damnificados van a ser la número 1 y el número 2 del PSOE madrileño actual, rechazados casi por igual a ambos lados de la mesa. Ni Sara Hernández ni Javier Rodríguez Palacios, alcaldes de Getafe y Alcalá de Henares, despiertan otra cosa que recelo entre el sanchismo y el susanismo, una de las pocas cosas en la que ambas sensibilidades coinciden.

Para los primeros, Hernández y Rodríguez son dos alcaldes con muy poco tirón electoral -los dos perdieron y los dos gobiernan gracias a Podemos- pero, sobre todo, con muy poca lealtad, según se interpreta en la práctica totalidad del PSOE: ambos están donde están gracias a Pedro Sánchez, al que sin embargo dejaron tirado antes de las Primarias para unirse a Patxi López o, incluso, coquetear con Susana Díaz.

¿Cuatro aspirantes?

Una afrenta que no se perdona y que incluso ha provocado movimientos en las propias agrupaciones locales contra dos líderes en fase de achicharramiento que, no obstante, harán lo imposible por sobrevivir. El primer edil de Alcalá es un experto en eso: por tres veces perdió las elecciones y, pese a ello, logró la alcaldía aun en condiciones de sometimiento absoluto a Podemos.


De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Sara Hernández, José Manuel Franco, Juan Lobato y Javier Rodríguez Palacios


Pero si las defenestraciones parecen claras, los ascensos lo están algo menos. El nombre de Franco es seguro para Pedro Sánchez, que también quiere a Ángel Gabilondo como candidato regional en 2019, pero lo es bastante menos el de otros posibles aspirantes a la secretaría general en unas Primarias que, muy probablemente, se celebrarán en la cuarta semana de septiembre, un mes antes del Congreso.

Frente a Franco puede haber hasta tres candidaturas: la propia Sara Hernández, que buscaría repetir el papel de Patxi López para buscar un hueco en la nueva Ejecutiva; el diputado regional y alcalde de Soto del Real Juan Lobato, bien visto en Ferraz y en distintas familias del PSOE madrileño, e incluso un cuarto que saldría de las filas del susanismo, con Maru Menéndez y Tomás Gómez mirando de lejos, que no alejados, el paisaje.

Cohesión del sector crítico

Cuando se daba por ganadora de las Primarias a la presidenta andaluza, nadie dudaba de que de sus filas saldría el próximo secretario general, con varios nombres en la quiniela: Antonio Miguel Carmona, el diputado Juan Segovia, el alcalde de Móstoles, David Lucas e, incluso, la antigua mano derecha de Rubalcaba y hoy eurodiputada, Elena Valenciano.

Hoy esos nombres parecen agazapados a la espera de momentos mejores, pero no es descartable que entre ellos o a partir de ellos surja una persona de consenso que dispute las Primarias al elegido por Pedro Sánchez: los críticos con el secretario general están heridos, pero darles por muertos es no conocer la pasta que gastan y la paciencia que, aseguran, son capaces de tener.

Tensiones locales

La vuelta del verano, en fin, será intensa en el otrora poderoso PSOE madrileño: a las salidas de Hernández y Rodríguez se le añadirá una pelea interna intensa con Ferraz intentando imponer su ley a toda costa. Y entre octubre y diciembre, las Agrupaciones socialistas de toda la región tendrán que elegir, también permitiendo la participación de militantes y simpatizantes, a sus secretarios generales. Y ahí, sin duda, sí que se esperan un sinfin de ajustes de cuentas.