Contra la malaria, poda
La malaria ya no es una enfermedad remota, aunque tenga poco presencia. Y combatirla tiene un truco muy eficaz: podar los arbustos invasivos, 'hotel' de los mosquitos que la transmiten.
La eliminación de las flores de un arbusto invasivo de las zonas propensas a los mosquitos podría ser una forma sencilla de ayudar a reducir la transmisión de la malaria, según un nuevo estudio publicado en el 'Malaria Journal'. De hecho, al quitar las flores de las aldeas en Mali disminuyó la población local de mosquitos vector en casi un 60 por ciento.
El mosquito busca la flor del arbusto invasivo: recortarlo ha reducido en Mali su población un 60%
El estudio, realizado en el distrito de Bandiagra, en Mali, se centró en probar una manipulación ambiental directa como forma de controlar poblaciones de mosquitos vector en áreas en riesgo de transmisión de la malaria. "Los mosquitos obtienen la mayor parte de sus necesidades energéticas de los azúcares vegetales extraídos del néctar de las flores, por lo que queríamos probar el efecto de eliminar las flores del arbusto 'Prosopis juliflora", dice el autor principal del estudio, Gunter Muller, de la Facultad de Medicina Hadassah de la Universidad Hebrea, en Jerusalén.
Un arbusto incómodo
"Los resultados muestran que la remoción de este arbusto en particular reduce los niveles totales de población de mosquitos y disminuye el número de mosquitos hembras mayores en la población, que se sabe que transmiten parásitos de la malaria a los seres humanos. Las flores podrían ser una nueva forma de transformar áreas de transmisión de la malaria intrínsecamente altas en áreas de transmisión baja, haciendo la eliminación más factible", plantea.
El estudio se centró en la remoción de las flores del arbusto invasor 'Prosopis juliflora', que es nativo de América Central y del Sur, pero se introdujo en nuevas áreas a finales de 1970 y principios de 1980 como un intento de revertir la deforestación. 'Prosopis juliflora' es una planta robusta que crece rápidamente y se ha convertido en una de las peores plantas invasoras en muchas partes del mundo. El arbusto ahora ocupa millones de hectáreas en el continente africano, incluyendo países como Mali, Chad, Níger, Etiopía, Sudán y Kenia.
Se instalaron trampas ligeras para atrapar mosquitos a través de nueve aldeas en el distrito de Bandiagra, seis de las cuales eran el hogar de la floración de 'Prosopis juliflora' y tres que no tenían presencia del arbusto. Después de una primera ronda de análisis para evaluar las poblaciones de mosquitos, los investigadores cortaron todas las ramas de flores de 'Prosopis juliflora' en tres de las seis aldeas infestadas, antes de fijar trampas para determinar el efecto de eliminación del arbusto en las poblaciones de mosquitos.
Una medida sostenible
El coautor de la investigación John Beier, de la Universidad de Miami, Estados Unidos, señala: "La presencia o ausencia de 'Prosopis juliflora' en las aldeas tiene una influencia significativa en el tamaño de la población de mosquitos en general, en su composición de especies, en el estado nutricional del azúcar y la estructura por edades de las poblaciones femeninas.
El terrible mosquito busca el azúcar de las flores: quitarlas le resta capacidad de transmisión
Además de ofrecer una estrategia potencialmente y ambientalmente razonable y sostenible para reducir la incidencia de la malaria, también se obtienen otros beneficios de la remoción de estas plantas. Por ejemplo, estas plantas son conocidas por invadir las tierras de cultivo y los pastizales".
Los científicos descubrieron que en las aldeas donde se quitaron las flores se registró una caída en el número de mosquitos recogidos en las trampas de un promedio de 11 a 4,5 para las hembras y de 6 a 0,7 para los mosquitos machos. El número total de mosquitos a través de estas aldeas disminuyó cerca de un 60 por ciento después de la eliminación de las flores.
Menos azúcar les daña
Tras la remoción de las flores, el número de hembras vectores más peligrosas en la población cayó a niveles similares a los registrados en las aldeas que no tenían presencia del arbusto. Las aldeas infestadas con 'Prosopis juliflora' también tuvieron una mayor proporción de mosquitos con un azúcar en el intestino que mejora su supervivencia. Esta proporción se redujo cinco veces después de la eliminación de las flores.
Según los investigadores, puede valer la pena abstenerse introducir plantas exóticas que tengan el potencial de convertirse en invasoras, no sólo debido a sus posibles impactos negativos sobre el medio ambiente y los medios de subsistencia, sino porque algunos de ellos pueden tener consecuencias negativas significativas para la salud pública y específicamente para la malaria.