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María José Campanario niega su grave depresión y su ingreso en un psiquiátrico

La mujer de Jesulín de Ubrique aclara, por primera vez, en qué situación se encuentra tras la divulgación de una información sobre su estado de salud.

María José Campanario lo aclara todo

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Las alarmas saltaron durante la tarde del pasado miércoles. Kiko Hernández daba la exclusiva en Sálvame y, con ella, la polémica se desató en las redes sociales. María José Campanario había tenido que ser ingresada en un centro psiquiátrico de Málaga, víctima de una grave depresión. La dureza de la fibriomialgia que sufre desde hace algunos años y la tensión mediática podrían haber forzado una hospitalización que, para algunos, era necesaria. Cerca de las nueve de la noche, la mujer de Jesulín de Ubrique enviaba a mí teléfono un mensaje de voz. Nada encajaba si, en realidad, estaba completamente incomunicada.

En su audio, la mujer de Jesulín de Ubrique asegura sentirse bien y tranquila, lejos de las informaciones divulgadas en las últimas horas. Según me explicó durante una conversación que se alargó hasta pasadas las once de la noche, nada hay de cierto en que esté atravesando una grave depresión. Tampoco que haya tenido que ingresar, casi de urgencia, en una clínica psiquiátrica de Málaga. Tal y como hemos emitido en exclusiva en La Mañana de TVE, María José estaba de buen humor. Quiso remitir al programa un vídeo en el que confirma, con un divertido filtro de Snapchat, que se encuentra bien. La vehemencia de sus palabras no deja lugar a las dudas, a pesar de que en El Seranil los periodistas siguen agolpándose en busca de su primera imagen: "No sé de dónde sale esa información pero no es cierta. Estoy bien y en casa, en mitad del campo".

Preguntada, entonces, por el motivo por el que su teléfono aparece desconectado desde el pasado lunes, Campanario es contundente: "Estoy desconectada del teléfono por prescripción facultativa, solo eso. El médico que viene a mi casa me dijo que lo tenia que hacer y ha sido radical. Hay vida después del móvil", me espetó con evidente sorna.

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