Rajoy inventó el tiempo
Rajoy ha hecho del manejo de los tiempos algo más que una estrategia. Es el dueño del reloj, con rivales que de desgastan mientras; especialmente Pablo Iglesias y el líder de turno del PSOE.
Rajoy es el Robinson Crusoe de la política. Alguien tan único en su especie que seguramente escaparía de ser devorado por los canibales de una isla tropical, que no se lo comerían por tener la carne dura. Seguramente porque repite. Un hombre que triunfaría en Supervivientes por agotamiento del resto de concursantes. Un hombre fajado en la resistencia al que ni mociones de censura, ni batallones de jueces parlamentarios son capaces de derribar. Ni mover. Apenas si hacerle cosquillas.
La abulia retórica de quienes amenazan a Rajoy empieza a ser repetitiva. Tienen motivos para hacerlo, pero equivocan el foco
Azuza con fruición el 'No me moverán' como eslogan confidencial de un partido que públicamente siempre ha sido la representación de Fuenteovejuna. Prietas las bancadas, cerrado el fuerte ante la tempestad de sus señorías, en el Partido Popular siempre sopla viento de costado en el barco de Mariano. Hacen buena aquella frase de que para tener éxito hay que transmitir imagen de éxito.
Porque el Presidente ha hecho de los tiempos no una estrategia, sino un currículum vitae. La nueva petición de que acudiera al Congreso para dar explicaciones ha servido para asistir a una nueva clase de doctrina mariana. El error estratégico de la oposición de llevarlo al terreno donde mejor se desenvuelve, no tendría mayor trascendencia en cualquier otro político.
La abulia retórica de quienes amenazan y advierten a Rajoy empieza a ser repetitiva. Tienen motivos y causa para hacerlo, pero equivocan el foco al que apuntar. Lo que se vivió en el Parlamento fue una nueva representación de Don Mendo, tú grita y grita, protesta y protesta que yo te comprendo, te comprendo.
De Rivera a Iglesias
Nada altera el biorritmo de un Presidente que a pesar de la ley limitante que Rivera, con buen tino, acierta a traer a la Cámara, invierte sus discursos en despejar a córner, sabedor de que en el bando contrario centrarán muy bien, pero apenas hay rematadores decentes que sepan embocar.
Robles es buena oradora, pero sus discursos carecen de punch. Rajoy lleva tantas comparecencias con replicantes del PSOE
Así pues, los que hablan de posverdad de Rajoy, que fundamentalmente son aquellos que articulan cloacas incipientes desde el sumidero de sus ideas, vieron esta semana a un Rajoy triunfante, pese a sentirse de nuevo rodeado por los guardianes de las esencias democráticas, algunos acreditados, otros sobrevenidos.
Robles y el PSOE
Robles es buena oradora, pero sus discursos carecen del punch de socialistas precedentes. Rajoy lleva tantas comparecencias con replicantes del PSOE, que empieza a llamar socialista a Rivera. El líder de Ciudadanos, que nada entre el buen socio y el leal patriota, sabedor de que gana puntos mientras siga Rajoy como cara visible de la mácula que ha inundado Génova estos años, necesita una nueva estrategia para el tiempo que se avecina, con elecciones adelantadas, un 'procés' desatado y Moncloa en la distancia.
Iglesias, por su parte, no aprendió del fracaso de la moción de censura y vuelve a salir al teatro de oportunidades a hacer de ventrílocuo de la causa inútil. No se dan cuenta, todos, de que, con estas cosas, siguen perdiendo el tiempo, justo ahí donde Rajoy es cum laude.