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Alaska y Mario dan a su amiga Bibiana Fernández la sorpresa de su vida

La actriz no estaba pasando por su mejor momento, agobiada por una deuda con Hacienda que la ha obligado a vender su chalé de Boadilla del Monte y trasladarse a vivir al centro de alquiler.

Bibiana y los compradores son íntimos amigos

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La situación personal de Bibiana Fernández ha cambiado de la noche a la mañana. Y, aunque en estos momentos se siente muy afectada por la muerte del padre de su buen amigo Maxim Huerta, lo cierto es que Bibiana respira tranquila al haber logrado vender su chalet de Boadilla del Monte.

Pero lo más sorprendente es quiénes son los compradores. Fernández no se esperaba que los que se ha hecho cargo de la que hasta ahora –que se ha trasladado de alquiler al barrio de Chamberi- era su casa fuera una pareja tan conocida; y querida para ella.

Se trata, nada más y nada menos, que de Mario Vaquerizo y Alaska. Sí, lo cierto es que, aunque la conocida, y mediática, pareja no necesita otra casa, han acabado ayudando a su buena amiga Bibiana y sirviéndole de desahogo en las acuciantes deudas que la que fuera íntima amiga de David Delfín mantenía con Hacienda.

Desde hace tiempo

Recordemos que Bibiana tuvo que poner en venta su casa de Boadilla del Monte, en Madrid, para poder hacer frente a la cantidad de dinero que la Agencia Tributaria le reclamaba.

Una deuda que la también íntima de Loles León no sabía ya cómo afrontar, ya que la casa llevaba mucho tiempo en venta y Bibiana no lograba materializar la oferta que tanto ansiaba.

Y, aunque lo que Mario y Alaska han pagado por la casa de Bibiana es algo menos que los 500.000 euros que la colaboradora de Ana Rosa Quintana reclamaba por ella, Bibi se ha quedado de lo más tranquila al ver que su antigua vivienda, a la que estaba tan unida, se queda en una pareja tan querida para ella.

Allí, seguro, seguirán reuniéndose y viviendo grandes momentos. Y Bibiana podrá ir todas las veces que sea necesario. Además de seguir cuidando todo aquello que le recuerda al desaparecido David Delfín, al que estaba muy unida.

Lo cierto es que Alaska y Mario podían haber comprado cualquier casa. O, lo mismo, ni tenían pensado ser propietarios de otra vivienda más allá de en la que residen y que tantas veces ha salido en el reality que protagonizan. Pero, cómo dejar de ayudar a una amiga cuando tanto lo necesita.