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La dura y grave realidad que separa al matrimonio Bustamante Echevarria

La situación de David y Paula deja mucho que desear. Lo que al principio era una separación idílica, ha acabado. La verdadera situación ha trascendido y las diferencias son muy notables.

Paula parece tener las cosas muy claras

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Ha llovido mucho desde que uno de los matrimonios mejor avenidos del colorin español – al menos de cara a la galería-. hiciese efectiva y pública su separación.

La noticia causó impacto, por lo poco esperada. Pero, poco después, esa imagen de David y Paula de lo que parecía el “cese de la convivencia” de lo más amistoso empezó a perder efectividad. La realidad comenzaba a filtrarse.

La opción de tomar distancia, de separar su vida amorosa y laboral, pero manteniendo la personal por el bien de su hija Daniela, se había planteado entonces como la mejor solución. Tras cumplir los seis meses separados, se ha demostrado que lo que, sobre el papel, era la manera perfecta de Echevarria y Bustamante afrontar sus problemas conyugales, en realidad no lo era tanto.

Muy enfadados

Daniela no se está viendo influida por esta crisis amorosa, Padres, amigos, abuelos y demás familia la mantienen muy protegida de las diferencias paternales y, sobre todo, de todo lo que sale publicado en los medios.

Pero el alejamiento y enfrentamiento soterrado de Paula y David está afectando a muchos. Más allá de la tristeza de que se rompa una pareja, la familia Bustamante y los íntimos del ex compañero de concurso de Chenoa y Bisbal están muy enfadados con la actitud de Paula.

Acusan a Echevarria de marear a al íntimo de Poti, de no darle una respuesta clara sobre el futuro del matrimonio y de intentar alagar una situación ya insostenible. No han firmado el divorcio porque la amiga de Marta Hazas no acaba de definir si vuelven o no.

A ello se suman los problemas que se plantean en torno a la que, antaño, era la casa familiar y que ahora pesa mucho en el matrimonio.

Su vivienda de Madrid, llamada “El Cantábrico” es demasiado grande para Paula y Daniela solas. Además, el coste de mantenerla y las hipotecas que pesan sobre ella, son muy altas. Pero, sobre todo, la incomodidad de Echevarria con el inmueble viene porque la mayor parte de la propiedad es de David. O eso podrían haber firmado ante notario.

Aceptaron seguir viviendo en esa casa por el bien de Daniela y para que ella no notase tanto cambio. Peor lo cierto es que, a la incapacidad de definir su situación amorosa, se suma la probabilidad de que Paula esté moviendo hilos para vender la vivienda. Algo que no lograron hace hace años por el elevado precio que pedían. A ver ahora…

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