Denuncias y el "as en la manga" de Campanario contra Esteban tras su enfermedad
Las dos mujeres más importantes en la vida de Jesulín de Ubrique han protagonizado uno de los culebrones del verano. Pero, ¿han contado todo o todavía hay algo que esconden?
La exclusiva, con portada a todo color, que acaba de protagonizar María José Campanario en la revista Hola ha generado un gran revuelo. Polémica alimentada, y servida en bandeja, por su –hasta ahora- eterna enemiga, Belén Esteban.
Las criticas le han llovido a la mujer de Jesús Janeiro por comerciar con una enfermedad que la ha dejado en jaque en los últimos meses. Pero lo cierto es que, después de ser un personaje público y estar continuamente en el punto de mira de fotógrafos y comentaristas, María José se ha ganado todo el derecho a hablar de los aspectos de su vida que le vengan en gana.
Pero se guarda un as en la manga. Ese “algo más” que se ha callado y que todavía no ha decidido desvelar. Ahora bien, una realidad que convive con su decisión firme de plantar cara a todos los que han estado especulando sobre sus dolencias durante los últimos meses.
Y, para ello, ha puesto a trabajar a sus abogados y que estos presenten, en su nombre, todas las demandas pertinentes que le permitan callar boca y seguir viviendo más tranquila.
A ella no
Curiosamente, una de las principales “agitadoras” en todo este tema, la madre de Andreíta, parece que no recibirá recado judicial de la Campanario.
Y, aunque el resto se tiene que ir preparando, a Belén no tiene pensado denunciarla. Al menos por ahora, porque luego tendremos que ver qué es lo que la Esteban decide contar, de nuevo, en un plató de Telecinco.
Éste es un nuevo filón informativo para dejarlo ir y zanjarlo con una entrevista de Belén y unas declaraciones de María José en Hola. Y, de igual modo, que la Campanario parece que calla algo más, la Esteban advierte de que a ella le queda un as en la manga y que piensa desvelarlo.
Algo que removerá, aún más, los cimientos de una relación amor odio que había encontrado cierto equilibrio con los años. Enrarecido, pero equilibrio al fin y al cabo. Y es que a Jesús le gustan las mujeres guerreras. A la vista está.