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Pedro Sánchez receta a Rajoy la misma trampa en la que él cayó con Puigdemont

La rebelión contra el Estado obliga al líder del PSOE a la unidad, sí, pero sin sustraerse a la tentación de marcar el paso al presidente. Este lunes Rajoy se ve con él y también con Rivera.

Pedro Sánchez durante su comparecencia de este domingo en Ferraz.

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A finales de agosto, tras su reunión discreta en Barcelona con Carles Puigdemont, un colaborador preguntó a Pedro Sánchez por el desarrollo del almuerzo. El secretario general del PSOE respondió: “Él estuvo hablando de su hoja de ruta el 85% del tiempo”. En efecto, compartieron mesa y mantel, se llamaron por el nombre de pila, pero sin resquicio a un mínimo acercamiento en sus respectivas posiciones.

Así, el presidente de la Generalitat de Cataluña evidenció su nula disposición a cumplir la Ley ni atender razones, mientras el líder socialista insistió en la salvaguarda del Estado de Derecho y en su apuesta por las vías de diálogo y de entendimiento. Pues bien, Sánchez ha emplazado a Mariano Rajoy a probar de la misma medicina que él recibió del aventurero Puigdemont. “Que negocie, negocie y negocie y logre un acuerdo, esa es su responsabilidad”. Parece bastante claro que la empresa está destinada al fracaso.

Al menos, el líder socialista ha evitado el puñetazo en el rostro del primer secretario del PSC, Miquel Iceta. “Si (Rajoy y Puigdemont) no se ven capaces de restablecer la normalidad y de abrir una negociación seria, lo mejor es que renuncien a sus responsabilidades o convoquen elecciones”, sostuvo Iceta. El recado molestó en la cúpula del PSOE, pero porque el brioso jefe de filas del PSC lo lanzó sin encomendarse a nadie. No por su contenido. Aviso a navegantes.

Mirase a un lado o a otro, Sánchez no encontró este 1-O un respiro, situado en un sándwich donde cada uno juega su papel. El Ejecutivo en la defensa de una respuesta firme para hacer frente al embate independentista. Podemos, con Pablo Iglesias al frente, obligando a los socialistas a alinearse con ellos o con el PP. Con España, tal como la consagra la Constitución, abocada a acontecimientos traumáticos, el PSOE tampoco podía permitirse el lujo de eludir su obligación como alternativa.

Aunque evitase pronunciar un “respaldo total al Gobierno”, como sucedió tras la aprobación en el Parlamento catalán de la Ley del Referéndum, Pedro Sánchez ha garantizado “la estabilidad estando con el Estado”. Pero, sobre todo, “apoyando la vía política que hoy es más urgente que nunca. Es el momento de que todos estemos a la altura”.

Mariano Rajoy ya ha tomado la iniciativa para definir con todas las fuerzas políticas hasta dónde está dispuesto a llegar en la cuestión catalana, y de hecho este mismo lunes por la tarde ha citado a Sánchez y a Albert Rivera en La Moncloa, por separado. Y la comisión socialista de mejora del Estado de las Autonomías pretende ser el foro para hallar una propuesta consecuente y constructiva.

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