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Fran Carrillo

La palestinización del conflicto catalán

El soberanismo utiliza las mismas estrategias que los grupos poderosos de Palestina: una victimización demagógica que incluso se sirve de los niños para intentar prosperar.

La famosa foto falsa de la última huelga general en Cataluña refleja, sin embargo, la esencia propagandística del soberanismo

La famosa foto falsa de la última huelga general en Cataluña refleja, sin embargo, la esencia propagandística del soberanismo

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Un converso como Vasili Grossman hubiera entendido a Forcadell y Junqueras en ese simbólico cruce del Rubicón que hacen ahora todos los indepes que deben aflojar la guita. En su vida y destino, el aburrido ‘procés’ ha degenerado en resistencia delirante ante el sentido común, una manifestación última de la psique totalitaria del nacional populismo catalán. Hace tiempo que nada es razonable en su proceder, ni siquiera aquello que puede entenderse como legítimo derecho a la expresión de sentimientos, una salida recurrente que nunca debe oponerse a la razón jurídica y filosófica del ser.

Se pueden sentir como quieran, pero son y serán -de momento- españoles por mucho exilio que busquen. En la malversación conceptual, ya no se trata de una batalla por la verdad, sino de una imposición de la justicia, pues no existe otra forma de que ésta se aplique. Frente al Nihil obstat del independentismo, Dura lex, sed lex, del Estado de Derecho.

Convendría recordar que muchas de las revoluciones en la historia se han ganado por machacona persistencia

Los exiliados republicanos en la monarquía belga aprietan las filas de lo imposible, sabedores de que la victoria pasa por la extensión ad nauseam del conflicto. Y aquí es donde uno ve extrañas similitudes con la estrategia llevada a cabo por los líderes palestinos desde que en 1948 la política británica primero y mundial después decidiera que el judaísmo retornara a su hogar.

Más de medio siglo intentando echar a los judíos al mar y cientos de millones de subvenciones después, Palestina sigue en su estrategia victimista de la opresión, la persecución, la historia falseada y el destino de los euros que la UE le otorga cada año que no van a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de Gaza y Cisjordania, sino que se usan, sobre todo, para la propaganda sistemática, la buena vida de sus dirigentes y la financiación de grupos armados con fines terroristas.

El caso de Israel

El separatismo catalán, en sus diferentes formas y rostros, aplica esa misma estrategia (el terrorismo independentista de momento es sólo algarada callejera, con pintadas, amenazas y persecuciones al disidente) que no nos es ajena a quienes observamos la historia con ojos críticos y analíticos pero con la credulidad sostenida.

Cuando Israel, en legítima defensa, destruyó la mayor parte de los túneles que conectaba Gaza con territorio judío durante la segunda Intifada, muchos creyeron que el liderazgo de Hamas se resentiría. Sin embargo, siguió intacto. Incluso se reforzó. Ahora, en España, cuando muchos apelan al poder del Estado para presumir de que el golpe de ídem ha quedado desactivado, convendría recordar que muchas de las revoluciones en la historia se han ganado por machacona persistencia.


Recuerda cómo los valientes líderes de Hamas y Al-Fatah mandaban a los niños a tirar piedras contra los tanques


La tropa de Puigdemont busca estirar el conflicto hasta que Europa tenga un gesto benevolente, porque si no le escuchan como pueblo oprimido, al menos que les atiendan como personas perseguidas, en palabras del historiador Ruiz-Doménec.

Así, la palestinización que hace el independentismo de su causa es clara, manifestada en los siguientes aspectos:

La apelación al mantra “somos un pueblo oprimido”. Una constante en el discurso nacionalpopulista catalán, usando mecanismos de propaganda afines (extrema derecha europea) o externos (Rusia). En el encuentro con alcaldes de hace unos días, Puigdemont apeló a una historia falsa para acreditar el porqué de sus acciones. De Felipe V a Felipe VI pasando por Companys, Franco y el que hiciera falta para justificar la tropelía.

En Cataluña, el Instituto de Nova Historia ejerce de brazo armado de la trola histórica (Tartessos en realidad fue Tortosa, Colón o Santa Teresa eran catalanes, como Cervantes, etc. etc. etc.). Nada nuevo bajo el sol de todo nacionalismo.

El uso de  bots

La necesidad permanente de internacionalizar el conflicto. Usando bots digitales y usando a un ficticio ministro de asuntos exteriores (Romeva) para ir de corresponsal en corresponsal a venderle una suerte de realidad histórica insostenible. Tuvieron su oportunidad en la semana posterior al uno de octubre. Ahora, con más información y documentación por parte de la comunidad internacional, su relato victimista, lleno de odio enfangado, ya no cala de la misma forma. Necesitan de más impacto, de una imagen que penetre en el subconsciente colectivo y provoque reflexión, discusión y acción hacia la causa. ¿Qué podemos usar para que hablen de nosotros? Fácil.


Cuando echas un pulso a la ley y al Estado de Derecho, lo normal es que acabes pidiendo perdón


Usar a los niños como escudos humanos. Ordenados de mayor a menor en una carretera cortada, junto a un cartel de Llibertat, mientras el pequeño aguanta el chupete como puede, es mezquino. Recuerda cómo los valientes líderes de Hamas y Al-Fatah mandaban a los niños a tirar piedras contra los tanques y puestos de control israelíes. La pubertad no debería ser un arma de combate, pero esto los cobardes de pensamiento totalitario no lo pueden comprender. Prefieren que a su hijo le pegue un policía o lo arrolle un coche antes que aceptar que, en una democracia, si pisoteas las leyes, te castigan. No quieren a sus hijos, ni a los pequeños por los que lloran desconsoladamente. Cocodrilos de la ignominia, aprietan los dientes de falsa sonrisa. Todo les vale. Porque hasta ahora todo les salía gratis.

El uso del presupuesto para fines diferentes a los pactados. Financiar con más de veinte millones de euros a entidades que sólo promueven el odio y la división como Omnium Cultural o la Asamblea Nacional Catalana recuerda a la ingente cantidad de presupuesto que la UE destina cada año a la Autoridad Nacional Palestina con objeto de suministrar de bienes y servicios a sus territorios, de alimentar y educar a su población y de garantizar procesos democráticos libres y justos. Décadas después, siguen viviendo del victimismo, porqué sólo éste da réditos políticos y dinero. ANC Y ANP, unidas por el mismo cordón umbilical estratégico. Es necesario que desde las instituciones de la UE y el Tribunal de Cuentas en España ya no vigilen, sino que directamente controlen y gobiernen esos gastos en forma de subvenciones y partidas varas.

La posverdad

La posverdad convertida en mentira diluida entre apelación a emociones desterradas. Varas de mando al cielo, gritos de libertad al unísono, el líder lloroso y moqueante en el atril, la sucesión de lágrimas coordinadas como parte de la impostura escenificada. Todo lo que haga falta para construir una narrativa basada en un poderoso relato de ficción. La Galia frente a los romanos, la Numancia catalana. En suma, la mentira líquida de siempre, que diría Vattimo, convertida en elemento de aceptación por parte incluso de mentes pensantes del soberanismo. Inventarse la historia, la realidad presente y el futuro para al final recular y decir que todo era simbólico, que igual no estaban preparados, que tal vez hay alternativas. Y seguirán riéndose de hunos y otros.

Y es que cuando echas un pulso a la ley y al Estado de Derecho, lo normal es que acabes pidiendo perdón. Por mucho que quiera Rufián, aquí David nunca vencerá a Goliath. Eso sí, seguirán persistiendo en su maldad separadora, porque en su ADN va la confrontación y el jaleo. El mal, como bien nos contaba Grossman, judío perseguido por el comunismo, es el gran escándalo del hombre. Quizá su triste destino. Su novela perfecta y acabada.

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