Pedro Sánchez despista al PSOE con su elegido “resignado” para Madrid
Al nuevo PSOE le faltan aún piezas. Entre ellas, la candidatura a la Alcaldía de la capital. El casting necesita de recorrido, pero amenaza con caer en la carrera de las especulaciones.
A más de año y medio de las elecciones municipales resulta a todas luces prematuro coronar al posible aspirante al Palacio de Cibeles, pero el PSOE lleva semanas entretenido en elucubraciones. El nombre del candidato/a interesa en el partido y en ese proceso Cristina Narbona ha ido sumando apoyos. Entre otras razones, porque ha encabezado la lista de favoritas del recién llegado al liderazgo del PSM, José Manuel Franco, como una figura capaz, además, de frenar a Podemos.
La hipótesis, sin embargo, se desinfló ante el verdadero estado de la cuestión, que poco tenía que ver con el que se había venido pintando desde las cocinas del renovado socialismo madrileño. El jarro de agua fría salió de labios de la propia Narbona que descartó presentarse como el cartel a la Alcaldía. La presidenta del PSOE aprovechó uno de los desayunos informativos de la capital para “despejar cuanto antes” la pelota y dejó clara su falta de motivación para dedicarse en cuerpo y alma a la batalla municipal.
Con tal antecedente, y como consecuencia del rechazo de Cristina Narbona a ser candidata, la búsqueda de un aspirante con la suficiente talla política ha derivado en auténtico casting. De momento, en el seno de la misma Ejecutiva Federal se toman con frivolidad el globo sonda de Margarita Robles como un posible cartel a la poltrona del ayuntamiento. La dirección del PSOE la descarta. Y en el PSM hacen lo propio. La pregunta que aparece, entonces, es clara. ¿Quién anda jugando con el nombre de nada más y nada menos que la portavoz del Grupo Socialista en las Cortes como la gran tapada?
Junto a otros, José Borrell o Carmen Calvo aparecen también en la nómina de posibles candidatos de peso. No obstante, voces socialistas avisan de que impulsar nombres ahora, pese a concitar apoyos, sólo puede servir para “quemarlos”. “Quién sabe cuál puede ser el escenario para nosotros en 2019”, señalan. Pero, pese a todas las prevenciones, en estos momentos en las filas del PSOE se contempla a Ángel Gabilondo como el comodín más plausible para el consistorio. Igual que lo es para la Asamblea de Madrid. Hay anhelos de rememorar con Gabilondo al profesor Tierno Galván.
El desasosiego está sustentado además ante un rival directo de izquierdas gobernando el Ayuntamiento, Ahora Madrid, que prácticamente dobló a los socialistas en ediles en 2015 y con una guerra por el voto útil que, según aventuran ya dirigentes del PSOE, promete ser a cara de perro con el desembarco en la comunidad de Iñigo Errejón. En el socialismo existe división de opiniones sobre le momento más adecuado para hacer público la candidatura. Algunos abogan por el lanzamiento ya. Otros, en cambio, desean afinar al máximo con un/a aspirante con alta capacidad de aglutinar el electorado de izquierdas.
El rastreo del cartel puede convertirse para el mismo Pedro Sánchez en una misión de alto riesgo, aunque ha eludido hasta ahora abordar el lance con su cúpula en Ferraz. Un veterano socialista madrileño argumentaba días atrás a ESdiario: “Esta película ya la hemos vivido, y lo malo es que ya nos sabemos el final”. ¿De nuevo un candidato/a “resignado/a” a su suerte? La marea especulativa empieza a crecer demasiado y, tal vez, ya toque pinchar el globo.