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M. Villa

¿Dejará de enredar Assange con Cataluña?

Ecuador, que le da asilo en su embajada en Londres, ha vuelto a avisar al ciberactivista de que deje de interferir en los asuntos internos de España y particularmente en la crisis catalana.

¿Dejará de enredar Assange con Cataluña?

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El Gobierno ecuatoriano ha vuelto a recordarle al fundador de Wikileaks, Julian Assange, que como asilado tiene la "obligación" de no realizar declaraciones que puedan perjudicar las relaciones internacionales de Ecuador, en relación a sus últimas y reiteradas declaraciones sobre el desafío independentista en Cataluña.

El Gobierno español ha agradecido al Ejecutivo ecuatoriano su actitud "amiga" tras este aviso a Assange, que, según Quito, se ha comprometido a "observar una conducta que sea compatible con la voluntad del Estado ecuatoriano". Assange, junto a una oscura red de hackers rusos, ha sido el principal aliado internacional del ‘procés’, divulgando toda clase de comentarios y noticias falsas en las redes sociales.

El secretario de Estado de Cooperación y para Iberoamérica y el Caribe, Fernando García Casas, ha agradecido al Gobierno de Ecuador su "actitud iberoamericana y amiga" por haber instado a Julian Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, a no interferir en la crisis abierta en Cataluña por el desafío secesionista.

García Casas se ha expresado así en su cuenta de Twitter, en un mensaje que ha retuiteado el ministro Alfonso Dastis y que incluye un enlace al comunicado que la Cancillería de Ecuador emitió este miércoles. En él, recordaba a Assange que como asilado tiene la "obligación" de no hacer declaraciones que puedan perjudicar las relaciones internacionales de Ecuador, y aludía en concreto su posición sobre Cataluña.

La última de Assange ha sido ofrecer 20.000 euros a quien desvele los planes de intervención policial para el 1-0

Aunque Quito ha renovado su "compromiso" con el asilo concedido hace más de cinco años a Assange, que permanece refugiado en su embajada londinense desde 2012, también ha recordado al fundador de Wikileaks "su obligación de no realizar declaraciones o actividades que pudieran afectar las relaciones internacionales del Ecuador".

Según la nota del Ministerio de Exteriores de Ecuador, "el señor Assange se ha comprometido formalmente a observar una conducta que sea compatible con la voluntad del Estado ecuatoriano", algo que ya le había pedido públicamente en septiembre el presidente ecuatoriano.

Además, el Gobierno ecuatoriano aprovechó para desmarcarse de nuevo del apoyo dado por Assange a la causa independentista y reiteró su defensa del "respeto a la integridad territorial, soberanía e independencia de los Estados" y del derecho de todos los países de resolver sus diferencias "sin injerencias extranjeros".

Se trata del segundo aviso público que recibe Assange por parte de su 'anfitrión'. El pasado septiembre, en vísperas del referéndum independentista, el propio presidente, Lenín Moreno, dijo en televisión que se le había pedido "de una manera cordial que deje de opinar de la política de Ecuador o de la política de países amigos" porque estaba "sobrepasando" la condición de asilado.

En su último comunicado, el Gobierno ecuatoriano subrayaba la necesidad de preservar las relaciones con España, un país con el que Ecuador comparte "invariables lazos históricos y culturales" y "vínculos basados en el respeto mutuo, la amistad entre sus pueblos y la cooperación bilateral".

Como se señalaba antes, Assange pidió asilo en la embajada ecuatoriana en Londres en junio de 2012 para no ser juzgado por un presunto delito de violación en Suecia. Ahora la Fiscalía ha archivado el caso por la imposibilidad de seguir adelante con la causa, pero el delito no prescribe hasta 2020 y Reino Unido ha avisado de que si sale de la embajada será detenido.

Las quejas españolas

Este segundo aviso al ciberactivista ha llegado después de que el Gobierno español haya expresado en varias ocasiones a las autoridades ecuatorianas su preocupación por las actividades de Assange.

Entre otras ocasiones, el Ejecutivo español contactó con Quito con motivo del encuentro entre Assange y el editor Oriol Soler, colaborador del expresidente catalán Carles Puigdemont, que se reunió con el fundador de Wikileaks el pasado 9 de noviembre. Este encuentro con Soler, considerado uno de los cerebros del ‘estado mayor’ en la sombra del desafío secesionista y su divulgación internacional, dejó en evidencia la connivencia clara del ciberactivista con las fuerzas independentistas, aunque no está claro si se trata de un simple acuerdo comercial o una alianza ideológica y política.

Assange, participando por videoconferencia en un congreso organizado por movimientos universitarios y las juventudes de partidos independentistas hace algunas semanas

En los últimos meses, el fundador de Wikileaks ha apoyado abiertamente la causa secesionista y ha trabajado activamente por ella. Además de difundir mensajes propagandísticos a través de Twitter, ayudó a mantener abiertas réplicas de las páginas del referéndum del 1-O que el Gobierno iba cerrando siguiendo las órdenes del Tribunal Constitucional.

Además de la reunión con Oriol Soler, entre las últimas intervenciones de Assange en el 'procés' está el haber ofrecido 20.000 euros de recompensa a quien desvele los planes de intervención policial para el 1 de octubre, así como sus costes.

Por otra parte, el propósito del ciberactivista no es tanto la independencia de Cataluña como utilizar en su provecho el clima de desestabilización y caos provocado por el independentismo para promover una causa global; algo así como una revolución social generalizada que suponga la destrucción de las instituciones y de los Estados y que conduzca a un modelo nuevo de sociedad.

Así al menos trató de explicarlo él mismo el pasado 26 de septiembre a través de una videoconferencia organizada por los movimientos universitarios independentistas y las juventudes del PDeCAT, de ERC y de la CUP en la Universidad de Barcelona. “Este choque de los catalanes con el Estado español es un hecho determinante en la historia de Occidente”, dijo Assange a unos trescientos asistentes. “Poblaciones de todo Occidente aprenderán de vuestra experiencia”, les animó. “Donde vaya Cataluña, irán otros Estados”.

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