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Javier Rodríguez

¿Se entregará Puigdemont antes del 21D?

¿Está pensando el expresident en un golpe de efecto unas horas antes del 21D? Acostumbrado a dar sorpresas, su mala situación judicial y política sugiere un 'campanazo' mirando a las urnas.

Puigdemont, desde su 'retiro' en Bruselas

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Carles Puigdemont 'esposado' y conducido al juzgado. Es una imagen que se hubiera visto ya de no haberse marchado a Bruselas, vía Marsella, casi al día siguiente de 'proclamar' la República de Cataluña mediante una DUI votada, con truco jurídico, en el Parlament el pasado 27 de octubre.

Y puede ser, o una similar, la que se vea uno o dos días antes de las Elecciones catalanas del 21D, en un golpe de efecto que afectaría, aunque se desconoce cómo, al resultado de esos comicios. Al menos así lo creen fuentes políticas de distintos partidos, que lo enlazan con la estrategia de su socio y a la vez rival en ERC, Oriol Junqueras.

El líder de Esquerra ha coqueteado con todas las tácticas para que su nombre, el que tiene más opciones de ganar en las urnas según los sondeos, esté en el candelero pese a su reclusión en una cárcel madrileña: primero deslizó que el candidato sería Marta Rovira, su secretaria general; después hizo saber que llegaría a las urnas en silencio, desde su celda, enviando así un mensaje a los votantes que creía impactante y movilizador.

Junqueras mueve ficha

Y finalmente, ayer se supo que había pedido su excarcelación a la Audiencia Nacional alegando que la ínclita DUI no fue una decisión jurídica, sino una mera declaración política. Es en ese contexto en el que, citan las fuentes, Puigdemont podría estar pensando dar un campanazo mayor.

Todo para que su lista de Junts pel Catalunya, un vademécum de exconsellers imputados y los restos del naufragio del procés en el PdCat y la ANC, pueda disputarle la victoria a ERC y la subsiguiente presidencia de la Generalitat. "La imagen sería muy poderosa", explica un diputado del centroderecha, buen conocedor de la realidad catalana.

Puigdemont y Junqueras se respetan y aprecian, pero del 21D uno de los dos no saldrá vivo fácilmente

Nadie más confirma ni desmiente esa posibilidad, que tampoco sugiere siquiera el entorno de Puigdemont, prácticamente silenciado desde que el pasado viernes el político independentista se sentara ante el juez belga que gestiona su extradición.

Pero hay tres hechos que, al menos, le dan verosimilitud. El primero: al negro horizonte judicial que le espera al expresident se le añadiría una defunción política si no retiene el Govern. El segundo: es su mentor, Artur Mas, quien más ha maniobrado en los últimos meses para laminar a su sucesor y quien menos esfuerzos pondrá en defenderle si no gana el 21D, lo que le carga de presión extra sin duda.

Fuga... ¿y retorno?

Y el tercero: ni una encuesta le da por vencedor, ni siquiera la segunda o hasta la tercera plaza están aseguradas; y eso en política suele anticipar gestos estruendosos para llamar mucho la atención.

En ese escenario, Puigdemont es un experto. Nadie se esperaba su fuga a Bruselas, como pocos pensaron que llevaría su desafío hasta el final. Y, pese a la cura de espanto previa, nadie se imaginaba una comparecencia pública en la capital de la Unión para atacar con tanta virulencia a España y, a continuación, a la propia Europa.

Cuenta el propio Puigdemont que, de pequeño, su mayor sueño era convertirse en astronauta. Buscar las estrellas y acabar en la luna, pues, es algo imposible de descartar con este catalán errante que se juega todo, a vida o muerte política, en menos de un mes.

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