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La batasunización de Podemos

Iglesias saca del sistema a Podemos al ponerse de máximo defensor del separatismo y ayudarle a atacar las bases de la democracia española por cálculos electorales de Ada Colau.

La batasunización de Podemos

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Podemos ha decidido interponer un recurso de anticonstitucionalidad por la aplicación del artículo 155 en Cataluña dado que, según su líder, se ha utilizado para acabar con un Govern y un Parlament perfectamente válidos.

Esto es, para Pablo Iglesias y su partido lo ilegal no es saltarse la Constitución, como hizo de manera reiterada la Generalitat, sino intentar restituirla respetando todos los procedimientos y apoyándose en el Tribunal Constitucional, el Senado y, en definitiva, el Estado de Derecho. Para, entre otras cosas, proteger el autogobierno de Cataluña recogido en su Estatuto de Autonomía.

La decisión de Podemos le sitúa fuera del sistema y al lado del separatismo, un lugar que le aleja a la vez de la inmensa mayoría de la ciudadanía española: ni siquiera quienes detesten profundamente al Gobierno de Rajoy y defiendan algún cambio en el encaje de Cataluña en España pueden sentirse más cómodos al lado de Puigdemont y compañía, unos cuatreros de una democracia, la española, que permite defender cualquier idea pero no de cualquier manera.

Es probable que Iglesias esté impulsando este recurso por indicación de Ada Colau y que obedezca a la estrategia electoral de la alcaldesa de Barcelona para el próximo 21D, en el que pretende que En Común Podem sea una especie de alternativa equidistante entre dos extremos inexistentes e incomparables: el de la DUI, ilegal y dañina; y el del 155, constitucional y necesario aunque resulte traumático y desasosegante.

Tenía razón Bescansa, hoy marginada, cuando protestó por la cercanía de su partido al soberanismo

Equiparar la defensa de la legalidad con el asalto a la misma es lamentable, pero situarse finalmente con quienes están en la segunda opción roza o se adentra en el escándalo y evidencia la falta de principios de Podemos y su sometimiento a los meros cálculos electorales. Tenía razón la diputada Carolina Bescansa, hoy marginada por Iglesias, cuando protestó por la cercanía de su partido al independentismo, finalmente confirmada con el despropósito de este recurso.

Con Batasuna

No poder incluir ya a Podemos entre los partidos constitucionales y con una visión de Estado similar en lo estructural es una lástima, pero también un problema: por primera vez, todos los grupos nacionalistas o separatistas tienen el respaldo de un grupo parlamentario con 71 diputados en el Congreso, un hecho sin precedentes que siembra de inquietud la política española al corto y medio plazo.

Por eso conviene insistir en el carácter marginal que deben tener estos discursos y dejar de hacer excepciones al respecto de Podemos en este asunto, que le convierte, en pocas palabras, en una Batasuna nacional. Una etiqueta que sin duda no hace justicia a sus millones de votantes, pero que describe con precisión a sus principales líderes.