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Brexit: las claves del divorcio

De no querer pagar a a aceptar hasta 60.000 millones. El Reino Unido tiene que resolver aún, no obstante, grandes cuestiones sobre movilidad y mercado: le quedan 2 años para el adiós final.

Rajoy y May, en unos de sus encuentros

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La etapa que se abre ahora, para la gente que está en los mercados financieros, es por una parte ilusionante porque el proceso sigue y va por una senda ordenada, pero por otra puede haber efectos no esperados y no buscados. A mí me preocupa especialmente lo de la frontera con Irlanda, que aún no está claro del todo y no se sabe lo que se puede crear ahí.

Es curiosa la manera de presentar esto que ha tenido Theresa May diciendo que los políticos están para solucionar problemas. Este problema lo han creado los políticos , ¡y hay que ver el lío que han creado!

Este momento además es histórico y se dan varias coincidencias que hay que destacar: en primer lugar que esta luz verde abre la puerta a una solución. Quizás no sea tan esplendorosa como mucha gente dice y Donald Tusk en sus declaraciones al respecto tenga razón, pero la cuestión sigue adelante. Y luego hay otra cuestión: la viabilidad simultánea con esto de un acuerdo político en Alemania y el Presidente francés detrás. Parece ser que todo se combina para que en efecto se lleve a cabo una nueva vía europea de reconstrucción o como queramos llamarlo.

Hay cosas complejas, hay tantos ángulos en este asunto que muchos de ellos los vemos ahora, pero creo que va a haber muchos nuevos. Por ejemplo: ¿Qué va a pasar con la gente que quiera emigrar a Gran Bretaña desde ahora? ¿Va a tener el mercado abierto? Gran Bretaña no se trata solamente del stock de inmigrantes que hay ya allí, sigue siendo un polo de atracción para el resto de europeos bastante intenso.

Segunda cuestión: el asunto de Irlanda. Detrás del asunto de Irlanda está el compromiso que tiene la Señora May con ese grupo rarísimo que son los Unionistas. Los Unionistas son pocos, con mucha cohesión y que tienen unas preferencias extrañísimas. Ellos no quieren saber nada con Irlanda, pero quieren estar unidos económicamente con Irlanda, quieren que no haya frontera. Son 500 Km de frontera. No solamente quieren que no haya frontera, quieren además que haya una regulación de la economía simultánea con la de Irlanda, que no nos olvidemos que es la europea.

Belfast y Dublín

Es decir, en términos prácticos, Irlanda del Norte no sale de la Unión. Saldrá en términos legales, pero en términos de flujos de personas y de capitales no ¿Y eso qué va a suponer? ¿Si yo quiero exportar limones de Valencia a Belfast cuando salga de Gran Bretaña eso va a ser una exportación de fuera de la Unión pero si lo hago Dublín y lo paso por la frontera no? ¿A qué va a dar lugar todo eso? A la creación de empresas y de agentes en Dublín o incluso en las zonas francas ( que no han definido muy bien) a caballo en los dos lados del borde de la frontera. Vamos a ser testigos de experimentos muy raros.


Dijo que no pagaría nada o 20.000 millones como mucho. Ahora ha pasado a 45000 y pueden ser más


Y además se mantienen los acuerdos de Belfast. Es decir, la posibilidad de que la gente de Irlanda del Norte tenga la nacionalidad irlandesa, que es comunitaria. El problema de Irlanda además es que tiene un vector político y de viejas heridas no del todo restañadas y tiene que ver con esto de la frontera. No solamente es un aspecto económico.

El cerrar la frontera significaría echar marcha atrás a los acuerdos del año 98 para poner paz a toda aquella situación y volver atrás a ellos les aterra. Así que hay doble vertiente: política y económica. Lo de Irlanda es un asunto muy delicado. De hecho ha habido ahí el uso de un lenguaje sutil en el cual son maestros la gente de Bruselas, para que haya una cierta flexibilidad en los aspectos tocados. Salvo quizás en lo del dinero. Ahí es donde May parece que ha cedido más. Aunque la cifra no es definitiva y creo que puede ser incluso mayor.

Queda mucho

Si May se compromete a pagar las pensiones de los burócratas ingleses, si admite como trabajos a la gente que ha trabajado en el resto de Europa, ahí tiene un pago más a largo plazo. En su momento dijo que no pagaría nada o 20.000 millones como mucho. Ahora ha pasado a 45000 y pueden ser más.

Entramos en un periodo en el que si ahora el Consejo Europeo, es decir, los Presidentes y Primeros Ministros, le dan el visto bueno, entonces entramos en un proceso de dos años, en el cual se va a redactar los detalles de todo esto que se ha dicho. Aquí va a haber mucho bacalao que cortar. Dicho lo cual: todo podría haber sido mucho peor.