Bosch, el juez 'del pueblo'
El portavoz de Juezas y Jueces para la Democracia vuelve a dar un brochazo a cuenta de la violencia machista, sin dar ningún dato, para atacar a Rajoy. Nosotros se los damos, señoría.
Don Joaquim ya nos visitó no hace tanto, y a juzgar por sus habituales declaraciones y mensajes en las redes sociales, podría casi disponer de sección propia para ser glosada, analizada y en su caso replicada prácticamente a diario.
Sorprende la facilidad con la que todo un juez se deja llevar por las generalizaciones, las frases grandilocuentes y dramáticas y la falta de acomodo entre sus reflexiones y los datos objetivos que podrían confirmarlas o rechazarlas.
Suele ocurrir lo segundo, y eso hace más inquietante su costumbre: se diría que le importa menos la realidad, para atenderla y solucionarla, que ayudar a dibujar un paisaje apocalíptico de un país que se parece poco, con todas sus lagunas, al que él dibuja. Con brocha gorda, véase el último ejemplo:
El trino no puede ser más desafinado, impropio de un canario y típico del grajo, especialmente el relativo a la -repugnante- violencia machista. Según el magistrado, portavoz madrileño de Jueces -y Juezas- para la Democracia, padecemos un retroceso en materia tan sensible e indignante para cualquiera dotado de algo parecido a cerebro y corazón. Y la culpa es de Rajoy.
Pero veamos la estadística y los hechos, al objeto de discernir si la acusación de Bosch tiene razón de ser. Empecemos por las medidas: en septiembre se aprobó en las Cortes el primer Pacto de Estado contra la Violencia de Género de la historia, ratificado el pasado diciembre por la totalidad de las Comunidades Autónomas.
¿Un viaje al túnel del tiempo, señoría? El acuerdo, impulsado por todos los grupos políticos a excepción de -vaya por Dios- Podemos, que se abstuvo, contiene 213 medidas y dispone de un presupuesto garantizado de mil millones de euros, de los cuales 200 se librarán en el primer trimestre de 2018, de manera extraordinaria pese a que no están aprobados los PGE aún.
La cruel estadística de crímenes machistas no guarda relación con el color político del Gobierno
Y contiene medidas largamente esperadas como la inclusión en el epígrafe de víctimas de las madres de niños asesinados por sus padres, ese cruel acto de venganza repugnante que resulta tan doloroso para todos. ¿En 1976, estimado juez, estábamos de verdad mejor o igual de mal?
Pero no queda ahí la cosa. Pese a los brochazos de Bosch, y de tantos otros como él, lo cierto es que la estadística de crímenes machistas no guarda relación con el color político del Gobierno. Y si la tuviera, no sería precisamente en detrimento de Rajoy, como su ilustrísima afirma sin conocer los datos o escondiéndolos premeditadamente.
Los datos oficiales
El récord de asesinatos coincide con las mayores dotaciones presupuestarias y la aprobación de leyes supuestamente más eficaces: esto es, con José Luis Rodríguez Zapatero. Y la mejor cifra, si se puede hablar en esos términos de un drama tan inmenso, ocurrió en 2016, con Rajoy en La Moncloa y menos recursos directos incluidos en los presupuestos.
¿Significa esto que ZP es un manta y que el PP es estupendo? Claro que no. Lo que significa es que tenemos un problema formidable frente al que nadie, pese a su buena intención, ha encontrado un remedio eficaz. Lo estimulante y positivo sería que entre todos, sin echar en cara estas crueldades a nadie, buscáramos respuestas y alternativas para paliar este problema nacional. Aquí le dejamos los datos oficiales, que usted mismo podrían hacer conocido de no temer que la realidad le arruinara un buen tuit:
Pero es mucho más tentador, cuando las intenciones son políticas, soltar mantras por esa boquita, darse un homenaje como si de usted hacia la derecha nadie sufriera ni tuviera los mismos sentimientos y, finalmente, esparcir la funesta idea de que las mujeres están más indefensas mientras gobierne esta tropa corrupta, antisocial y por supuesto machista.
Llueve sobre mojado
Y es que no aprende, señoría: ya se columpió acusando al Gobierno de indultar corruptos cuando los datos oficiales del Consejo General del Poder Judicial lo desmienten, y la le vimos defender los escraches cuando los sufría Soraya Sáenz de Santamaría y criticarlos (que es lo suyo) cuando la damnificada era Mónica Oltra.
Nada que decir, o no tanto, si el autor de todas esas afirmaciones gratuitas fuera Monedero o Alberto Garzón, mellizos ideológicos a lo que se ve de su señoría, pero preocupa que lo haga un juez en ejercicio. Del que se espera un sentido de la justicia y una interpretación de la realidad más ajustada a los hechos. Será que este servidor es un tiquismiquis.