¿Sirve del algo subir el SMI?
Desgranamos las claves del SMI. ¿Va a subir de verdad? ¿Es un gancho con pocos efectos prácticos? ¿Es sostenible y positivo? ¿Qué hacen los países más prósperos con sus salarios mínimo?
A punto de terminar el año, Rajoy firmaba junto con los sindicatos y la patronal un aumento del SMI (Salario Mínimo Interprofesional ) de un 4 %, situándolo en los 736 euros y con la proyección de llegar a los 850 euros en el 2020.
Sin embargo, esta subida está condicionada a que la economía española mantenga un crecimiento en torno al 2,5% y la creación de 450.000 puestos de trabajo en el ejercicio de 2018, algo que de primeras parece prácticamente imposible aunque, si bien es cierto, España ha roto en su momento toda predicción del BCE y el FMI llegando a un crecimiento del 3 %.
Los países con mayores salarios para los trabajadores carecen de SMI
Cabe destacar que por aquel entonces no teníamos el problema catalán con el proceso independentista, que sin duda jugará una mala pasada a nuestra economía y condicionará negativamente al cumplimiento de la subida del salario mínimo.
Bien, ahora hablemos del propio SMI. Desde siempre, y es algo con lo que debemos de convivir aunque esté mal, se ha pretendido subir el salario para ganar votos y no atendiendo a la realidad económica del momento como en este caso sí lo ha hecho Mariano Rajoy con los requisitos que comentaba en la introducción.
Salvo que se cumplan las expectativas, no se puede incrementar el salario por lo motivos que a continuación se explican de una forma simple:
Productividad
Si subimos el salario mínimo, estamos obligando a los trabajadores a generar una productividad mayor o igual que lo que le paga el empresario para que a este le sea rentable mantenerlo. Muy simple, si pago 100 y el trabajador me genera 100 hasta ahí perfecto, si una ley me obliga a pagarle 150 y me sigue manteniendo el mismo nivel de productividad en 100, el empresario está perdiendo dinero y por lo tanto tendrá que despedir al empleado.
Esto es un problema sobre todo en el campo juvenil, debido a una escasa formación en amplias capas o menor experiencia fruto de su edad; las productividades son más bajas, con el agravante de un importante porcentaje de paro juvenil ya existente. Por sorpresa, los jóvenes son sin embargo los principales agentes en levantar la bandera de la subida salarial.
Coste laboral
Al mismo tiempo que se pretendía subir los salarios, el INE (Instituto Nacional de Estadística ) publicaba los datos de la encuesta de coste laboral, subiendo este mismo un 0.4%. En otras palabras, al empresario a día de hoy le cuesta un 0.4 % más contratar a un trabajador. Imagínense la cara de los empresarios cuando luego ponen la tele y sale Rajoy firmando una subida de las retribuciones.
IPC
Luego tenemos la idea errónea de vincular los salarios a la subida del IPC, esto viene del gobierno de Zapatero y aún no hemos conseguido extirpar esta idea absurda de nuestras cabezas. Si subimos el salario en la misma proporción que lo hacen los precios con la idea de la pérdida de poder adquisitivo tendremos a largo plazo un grave problema del que por cierto hoy todavía nos estamos recuperando.
¿Cual es aquí el problema? Pues muy fácil, si a los empresarios se les obliga a subir los salarios a sus trabajadores entran en un aumento de costes y a su vez esa subida salarial produce un aumento de la demanda (porque ganan más dinero) y, entonces, la empresa decide aumentar nuevamente los precios por dos razones obvias: mantener el nivel de beneficios con un aumento de costes y una mayor demanda.
Por sorpresa, los jóvenes son los principales agentes en levantar la bandera de la subida que les perjudica
Siendo el turismo la principal partida de nuestro crecimiento en la actualidad después de la caída del sector inmobiliario y que se caracteriza por el turismo de sol-playa y la competitividad de los precios, esta medida disparará los precios y los turistas no vendrán igual tanto a España o consumirán menos, generando una caída en los beneficios y por consiguiente un aumento del paro. Simple como la vida misma vida, ¿verdad?
Seguridad Social y Hacienda
Aquí está uno de los principales y graves problemas. El sistema fiscal de este país está plagado de impuestos con una presión fiscal bastante alta, donde las empresas pierden enormes cantidades de dinero para contribuir al gasto público, que deja bastante que desear en España.
Si tanto la presión fiscal de las empresas como la de los trabajadores fuera menor no existiría el debate de la subida del SMI, porque las empresas se podrían permitir pagar salarios más altos, el trabajador de manera neta tendría más poder adquisitivo y los precios serían más baratos sin el 21% de IVA.
¿Y En Europa?
En España, estar en contra del SMI es tabú y parece estar prohibido a efectos morales en nuestra sociedad. La izquierda mediática y los gobiernos se encargan de no hablar de Dinamarca, Suiza, Suecia, Reino Unido e incluso de Finlandia, el país preferido por los denominados “progres”.
Pero sin embargo, son los mejores países en cuanto a salarios y condiciones laborales. Por ejemplo Dinamarca tiene la ganancia media bruta más alta con 60.002 euros anuales, le sigue Finlandia con 43.848 o, entre otros, Suecia con 43.196. La característica principal de estos países es la carencia del SMI. Menos cuentos y más cuentas.