¿Por qué hay tantas matanzas en América?
Otro crimen en masa en Estados Unidos resucita un debate irresoluble: ¿Qué los provoca? ¿Hay una razón? ¿Por qué son más frecuentes allí? Las claves del fenómeno son inquietantes.
Al menos 17 muertos en otro centro educativo en Florida. Nikolas Cruz, de 19 años, se los ha llevado por delante antes de ser detenido tras convertir la escuela en un infierno armado con un arma semiautomática. En noviembre, otro adolescente acabó con la vida de 26 personas en otro tiroteo en Texas.
Una cifra descomunal para un crimen en masa que, sin embargo, no es nada inusual en América. Allí vive en torno al 5% de la población mundial, pero se acumula un tercio de los asesinatos masivos, ésos en los que un 'loco' irrumpe en una escuela, centro comercial o fábrica y mata a cuatro o más personas con un fusil, pistola o metralleta.
En EEUU hay 90 armas por cada 100 habitantes, más del doble que en Irak
¿Cuál es la razón? En Inglaterra, el 4.5% del total de los crímenes se comete con un arma de fuego. En Estados Unidos, el 64%. Son datos del FBI y de la Justicia británica, citados por la BBC, que explican una parte del fenómeno. Otra lo ahonda: en el país del sueño americano, hay 90 armas por cada 100 habitantes, un número escalofriante que aún apabulla más al compararse con otros países donde se presumen más habituales: en Irak, la tasa no llega a 40, y en Yemén no supera las 60.
Es decir, la masiva presencia de armas es una explicación recurrente, pero a la vez cierta, de por qué la estampa de un individuo, generalmente blanco y trastornado, irrumpe en un instituto o un burguer y se lleva por delante a decenas de personas antes de pegarse un tuiro o caer abatido por la Policía americana, la que más horas dedica en el mundo a entrenarse para este tipo de situaciones.
Algo más
Pero hay algo más. En la India también proliferan las armas, y la criminalidad es menor. La relación del americano con el fuego, que nace de la Enmieda constitucional que protege el derecho a tener armas, es más íntima, hasta un punto único resumido en otra estadística: el año pasado murieron 11.000 personas por balazos en Estados Unidos, pero la mitad de ellas por suicidio. Una pistola corta cuesta unos 150 euros, y por algo más de mil se accede a un rifle de asalto.
La 'fama'
Con eso no llega, sin embargo, para entender la razón del casi centenar de tiroteos en masa que, desde 1982 hasta hoy, ha sembrado de cadáveres las calles de texas, Orlando o Las Vegas, entre otras ciudades ya inscritas en la memoria negra colectiva.
La clave puede estar en un estudio elaborado recientemente por la Universidad de Harvard citado por CNN. En él se demuestra, por primera vez, algo que ya se sospechaba: la búsqueda de fama y el efecto imitación pueden estar detrás de la reieterada irrupción de criminales como Davin P. Kelly, el último de ellos en Texas.
El enorme impacto mediático mundial, combinado con las redes sociales, señalaría al exhibicionismo como un factor decisivo de las masacres: cuanto más difusión lograrn, más sencillo es que otro loco o iluminado se eche a la calle como De Niro en Taxi Driver para ejecutar su alocado sentido de la justicia. Y cuando llegue ese momento, tendrá seguro un arma cerca.
La 'infección' hasta tiene un periodo de incubación definido por ese mismo informe: en los 13 días siguientes a la matanza, es muy probable que otros criminales que pensaban en cometer actos similares se atrevan a intentarlo. Cada dos meses, uno de ellos comete un crimen en masa de estas características. Hace dos décadas, el lapso era de 200 días. Todo ha cambiado.