El economista multicolor del separatismo "a hostias"

El ilustre visitante de hoy se hace llamar como se llama, aunque se llame de tal guisa burguesa para quien presume de obrero abolengo: Xavier Sala i Martín. Tan fino economista promete bloquear en las redes sociales a todo aquel que escriba "prusés", con u y con s, lo que da cuenta de un estupendismo poco compatible con la modernez que pasea: esas chaquetas multicolor, que hacen del bueno de Tino Casal un lúgubre gótico a su lado, y ese pretendido progresismo cercano a ERC y a la CUP del que tanto presume.

Pero ahora ha ido más lejos que nunca, descolgándose en una de las típicas entrevistas-masaje de los medios catalanes con su fórmula para lograr la separación: "Tú consigues la independencia a hostias y en 15 días estás en la ONU y todo el mundo lo acepta”. Sólo unos días después de tildar de nazi al empresario alemán que -con un par- le cantó las cuarenta a Rogelio Torrente, el atildado economista del régimen se descuelga con esa bravata boxeística, aunque de púgil tenga las mismas opciones que Torrebruno como pívot de Los Ángeles Lakers.

Es el Tino Casal del soberanismo, pero desafinando con recetas imposibles y sectarias

Desconocemos cuál es el casting exacto que hizo la prestigiosa Universidad de Columbia para ficharle como profesor, pero nos preguntamos si tal vez el declive del sector universitario americano empiece a parecerse un poco al español.

En la luna

O eso, o hay cuotas que explican la incorporación de este divertido personaje, la versión más que madurita de la mitad del célebre dúo Daryl Hall & John Oates, aquel que cantaba lo de 'Out of touch' tan adecuado para lo que nos ocupa.

Porque hay que muy alejado de la realidad y muy poco en contacto con los hechos para afirmar las cosas que afirma este independentista de salón, entre el delirio y el autohomenaje, sin perder ese toque Mario Vaquerizo sin gracia y en color que le pone a todo. Ejemplo:

Entendemos que sus devaneos vintage con el estilo Don Johnson, más pasado de moda que llamar 'tigre' a un váter, le hagan deprimirse por la supresión de la luz amarilla en las fuentes ornamentales de Barcelona, en las que tal vez habría imaginado danzar combinando el despliegue luminiscente de Ada Colau con su amasijo de algodón textil en toda la escala cromática.

Pero es que ese amarillo, color gafe para la gente del teatro pero no a lo que se ve para la del circo, pretende convertir la prisión provisional de los ínclitos Jordis, por graves delitos contra la Constitución, en una represión del Estado fascista que esta tropa de esnob denuncian cada cinco minutos porque saben precisamente, que no existe y no van a tener represalia alguna.

En la estela de Rovira

Sala i Martín, como tantos otros separatistas, tiene un problema democrático severo, contagiado quizá por la pobre Marta Rovira, legendaria ya en tiempo récord por la cantidad de boutades que suelta por esa boquita, en la misma línea que este economista precolombino. Ahí va:

Renunciamos a que Martita lo entienda o a que, si lo entiende, lo acepte. Pero digámoslo por respeto al resto: la Junta Electoral está para evitar que las mentiras secesionistas, entre las cuales convertir el imperio de la ley en una represión antidemocrática es la más repugnante, se conviertan y difundan como propaganda pública para dar ventajas a sus promotores. Y punto.

Sigamos con Javi

Tal vez se entiendan mejor los desvaríos secesionistas del bueno de Xavier si mentamos un dato que explica algunas cosas: cada domingo, esa misma TV3 que lo mismo adoctrina niños que minusvalora manifestaciones a favor de la Constitución, reserva su prime time para que Sala i Martín haga un programa titulado 'Economía en colores'.

No sé, lo mismo este Lector Perplejo es un malpensado, pero se pregunta qué pasaría con su espacio en la tv del régimen si, digamos, nuestro Javi no fuera capaz de defender bochornos tan indefendibles como la fuga de casi 3.000 empresas de Cataluña por mor del 'prusés'. Y lo volvemos a repetir, aunque nos bloquee, o precisamente para que nos bloquee: 'prusés'.

De Prusia, un país tan inexistente como la República impulsada por Puigdemont, alimentada por profesores universitarios de la aristrocracia catalana... y pagada, claro, por los curritos y ciudadanos normales que no disfrutan de sus privilegios y se visten, ética y físicamente, con humildes ropajes respetuosos con la ley.

Para despedir al profesor, una petición: esmérese más en sus clases, hombre, que de economía se supone que algo sabe usted. Pero también empezaremos a dudarlo si sigue formando así de mal a sus alumnos más aventajados: