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El curioso humor británico de la 'hermana' de la Reina Sofía

Es un juego divertido al calor de la reciente polémica entre dos Reinas de España. ¿Es igual de seria su homóloga del Reino Unido? Isabel II, estricta siempre, acaba de saltarse el guión.

La Reina Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo

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Los aparentes conflictos entre Reinas de España hacen mirar con algo más de atención a otras Coronas europeas. Y entre todas ellas, la más resplandeciente para lo bueno y para lo malo siempre es la británica. Establecer comparaciones entre doña Sofía, doña Letizia y su homóloga del 'Imperio' es complicado, pero resulta un ejercicio cuando menos entretenido: ¿Son más rígidas unas que otras en público? ¿Se dejan entrevistar? ¿ De qué hablan?

Un reciente ejemplo permite obtener algunas pistas, con un comportamiento algo inusual en la estricta corona inglesa. Y es que la reina Isabel II de Reino Unido ha ofrecido una de sus escasas concesiones a su adusta imagen pública en un documental que verá la luz la próxima semana y en la que se permite bromear con su propia muerte e incluso aludir al actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

La Reina de Inglaterra se ha permitido bromear en público por primera vez en muchos años, y tiene ya 91

La monarca, de 91 años, aparece en las imágenes que difundirá el canal ITV junto al naturalista David Attenborough, con quien coincide en edad. Ambos pasean por los jardines del Palacio de Buckingham en un ambiente distendido que en nada se parece al estricto protocolo que ha marcado los 66 años de reinado de Isabel II.

Ambos conversan sobre un proyecto de creación de una red de bosques en los 53 países de la Commonwealth -tema del documental- y hablan de los árboles nuevos que se podrían plantar en Buckingham en las próximas décadas. Isabel II admite esta posibilidad y añade, con una sonrisa: "No voy a estar aquí, sin embargo".

En otro de los adelantos difundidos por ITV la conversación se rompe por el ruido de un helicóptero: "¿Por qué siempre andan rondando cuando uno quiere hablar?", pregunta, para acto seguido añadir: "Suena como el presidente Trump", en aparente alusión al ruido de las aeronaves utilizadas por el inquilino de la Casa Blanca.

La conversación se desarrolló durante 90 minutos y muestra una imagen poco conocida de la reina británica, si bien quienes han tratado con ella sí que han hablado de su sentido del humor en privado. Attenborough describe a la monarca a a cámara como "una dama encantadora".

La operación del duque

El inusual sentido del humor de la 'emperatriz' coincide con el posoperatorio de su marido, el príncipe Felipe, sometido recientemente en un hospital de Londres a una intervención de cadera que le hermana, de aglún modo, con Rey emérito de España, recién salido de una operación de una de sus maltrechas rodillas.

El duque de Edimburgo, de 96 años, permanece apartado de la vida pública desde agosto de 2017 y ya antes sus apariciones eran contadas. En los últimos años ha sido ingresado en varias ocasiones, en su mayoría por infecciones y complicaciones derivadas de la vejiga, aunque también ha tenido problemas cardiacos.

La reina Isabel II comparte algunos privilegios con doña Sofía a los que, al menos aún, no llega doña Letizia

Isabel II, entretanto, mantiene su agenda oficial, si bien ha ido cediendo espacio progresivamente al príncipe Carlos y al primogénito de éste, Guillermo. También ha ganado presencia el príncipe Enrique a raíz de su inminente boda con la actriz estadounidense Meghan Markle.

La 'modernidad' de la Reina

Aún así, mantiene una relativamente intensa agenda oficial, con hitos que modernizan su imagen o, tal vez, apaciguan la de receptores de algunas de sus 'caricias' reales. Es el caso del que fuera batería de The Beatles, Ringo Starr, nombrado hace dos semanas Caballero del Imperio Británico en el Palacio de Buckingham y bromeó después con los periodistas: "Espero que utilicéis mi título".

El músico de 77 años, originario de Liverpool y que ahora vive en Los Ángeles, fue honrado por su contribución a la música en la lista de honor de la reina. Ringo, cuyo nombre real es Richard Starkey, se unió a Paul McCartney, George Harrison y John Lennon en The Beatles como reemplazante del baterista Pete Best en 1962 y ocasionalmente cantó en temas como "Yellow Submarine" y "With a Little Help from my Friends".

El músico ingresó en el Salón de la Fama del Rock and Roll como un Beatle en 1988 y de nuevo en 2015 por su carrera solista después de la separación de la banda.

McCartney fue nombrado Caballero del Imperio Británico hace 21 años y la ceremonia del martes se celebró 53 años después de que The Beatles fueran coronados como Miembros de la Orden del Imperio Británico (MBEs) en 1965. Acompañado por su esposa, Barbara Bach, Ringo fue condecorado por el príncipe Guillermo con una espada ceremonial para convertirse en Sir Richard Starkey.

"No sé cómo utilizar esto (el título) adecuadamente", dijo Ringo al mostrar la medalla a un periodista de la BBC después de la ceremonia, "pero espero que vosotros si lo utilicéis". Quien si lo hace es Isabel II, una reina cercana al siglo que ya lo ha visto todo: precisamente por eso, tal vez, se deja ver sólo cuando ella quiere. Un privilegio real que quizá comparta con doña Sofía pero, al menos no aún, con doña Letizia.

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