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Ada Colau y su alegre fascismo

La alcaldesa de Barcelona se vuelve a cubrir de gloria al quitarle una calle al Almirante Cervera tachándole de "facha", cuando falleció muchos años antes de que surgiera el fascismo.

Ada Colau y su alegre fascismo

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No pierde ninguna ocasión la ínclita alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de hacer subir el pan con sus declaraciones, abrigadas en los últimos tiempos al calor del tonteo cínico con el soberanismo.

La última ha sido con ocasión de la inauguración de una calle dedicada al ya fallecido cómico Pepe Rubianes en el barrio de la Barcelona. La operación institucional implicó la supresión del nombre anterior, Almirante Cervera, un militar liberal y héroe de la guerra de Cuba, al que la regidora no dudó en tachar de “facha” a pesar de morir en 1909, una década antes de que surgiera el movimiento fascista en Europa.

Colau, específicamente, manifestó su convencimiento de que a Rubianes, que vivió en esa misma calle, le habría gustado que "su amado público" se diera cita para quitarle el nombre a un "facha" y ponérselo a él mismo. Una ruindad innecesaria, unida a su sectarismo rampante y a su profunda ignorancia.

Empezando por lo último, a estas alturas la primer edil barcelonesa ya debería saber que Pascual Cervera y Topete (Medina Sidonia, Cádiz 1839 – Puerto Real, Cádiz,1909) fue un almirante que comandó la armada española en la guerra de Cuba. En desigual combate, pues los efectivos que comandaba Cervera eran muy inferiores en cantidad y calidad a los estadounidenses, la escuadra española fue arrasada frente a Santiago de Cuba el 3 de julio de 1898 por los barcos del almirante Sampson. El propio Cervera, de marcado ideario liberal-progresista, fue hecho prisionero tras la batalla.

Tal fue el prestigio del almirante gaditano, que además de contar con la admiración de las élites españolas, especialmente las económicas, y eso incluye a las catalanas, pues hizo todo lo posible por preservar sus bienes, propiedades e intereses en la perla caribeña; también gozó del respeto de los propios rebeldes cubanos a los que combatió. Incluso un símbolo hecho carne del anticapitalismo y la izquierda más radical como Fidel Castro expresó su admiración por el coraje del almirante, en un encuentro con sus descendientes en 1998. "Sentimos un gran respeto por los marinos españoles recordando la hazaña de Cervera, algo inolvidable", sentenció entonces el líder cubano.

Hasta Fidel Castro elogió al almirante Cervera, todo un contraste con el personaje que le ha ‘quitado’ la calle, el cómico Rubianes, que se hartó de insultar a la “puta España”

Pero ya se sabe que el veneno sectario produce tal ceguera que no solo bloquea cualquier inclinación a la tolerancia o el reconocimiento, sino que trastoca la realidad pasada y presente para acomodarla al ideario propio, único y excluyente.

Aunque eso suponga caer en ridículos tan bochornosos como el de tachar de fascista a este militar, cuando el fascismo surgió muchos años después de su muerte, al final de la Primera Guerra Mundial, con el fascio de Benito Mussolini en la derrotada Italia.

Viriato fascista

Y si un política tan obtusa como Ada Colau considera fascista a todo militar, desde Viriato hasta el almirante Cervera, resultará muy difícil hacerle comprender que desde su cargo institucional representa a cientos de miles de ciudadanos, y no solo a una minoría.

La prueba está en que no hacía falta la grosería de manchar el buen nombre de ese personaje histórico para dedicarle una calle a Rubianes, que igualmente se significó, y mucho, por echar mano de la palabra “fascista” para dedicárselo a todo lo que oliera a esa “puta España” por la que, eso sí, no tuvo empacho en hacer giras teatrales.

Así es, en fin, el alegre fascismo, pero fascismo al fin y al cabo, que se gasta Colau y su patulea.

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