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M. Villa

Los 997 etarras que aprobaron la disolución de la banda

El 93% de la militancia de ETA dio su visto bueno a la liquidación de la organización, en una consulta interna en la que participaron un total de 1.077 votantes.

Los 997 etarras que aprobaron la disolución de la banda

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Sorprendentemente, una votación terminó de dar la puntilla a ETA. En concreto, el 93% de la militancia de la organización terrorista aprobó su disolución en una votación que contó con la participación de 1.077 votantes, según una comunicación interna hecha pública por la organización en la que se dan detalles sobre los datos del debate y votación que se ha llevado a cabo a lo largo del proceso de su desaparición.

En la comunicación interna que publicaban los diarios naiz.eus y Berria, se recoge que 997 militantes aprobaron la propuesta de la dirección de ETA, mientras que un 4% (47) se opuso y un 3% se abstuvo o votó en blanco (33). Así se remataba el curioso ejercicio de democracia interna con el que la banda asesina quiere cerrar su etapa violenta y abrir una nueva fase "política".

Según este documento, la consulta se ha realizado entre todas las estructuras de ETA: en el "ámbito operativo, las cárceles, el exilio, los militantes 'legales'", entre otras. Además, el proceso de reflexión se ha extendido a otras personas a las que se consideraba "cercanas a ETA", sin ser miembros de la organización, tal y como se especifica en la comunicación interna, que indica que han acabado participando entre 2.500 y 3.000 personas.

En esta comunicación interna de ETA se explica que, tras el censo confeccionado, tenían derecho a voto 1.335 militantes, pero 70 declinaron expresamente la posibilidad por razones diferentes. Así, la mayoría rechazaron votar porque "no se veían legitimados" para tomar esa decisión "debido a la escasa relación con la organización en los últimos años", y algunos no quisieron participar porque "creían que la decisión ya estaba tomada".

Además, los votos de otros 188 militantes no llegaron por motivos "fundamentalmente técnicos o ligados al tiempo", añade esta comunicación interna, en la que se subraya que, en la reflexión previa a la votación, "en la mayoría de los casos mostraron una buena receptividad" hacia la propuesta.

Los etarras deben seguir siendo "discretos y leales" con la banda

Por otro lado, la última parte de esta comunicación interna subraya la actitud de la militancia en este proceso y la proyecta a futuro para indicar que "quienes han sido miembros de ETA tendrán que mantener en lo sucesivo la misma discreción que hasta ahora e idénticas medidas de seguridad, y actuar con lealtad hacia la decisión tomada por ETA y el proceso de liberación". "La militancia tiene que seguir con firmeza y responsabilidad para hacer su aportación al impulso que requiere el movimiento de liberación en la nueva fase política", añade.

La consulta se hizo en las cárceles, el exilio y los militantes 'legales' de ETA, aunque en el proceso han intervenido entre 2.500 y 3.000 personas

En concreto, tres documentos han conformado el proceso de debate: uno con la propuesta política que es la que se ha sometido a votación y otros dos que han sido elaborados como "contexto" de esta reflexión, y en ellos se analizaba el proceso de liberación desde una perspectiva histórica, remontándose a siglos atrás, y se detallaba y hacía balance de lo ocurrido entre 2009 y 2017. La votación se ha realizado de manera integral, es decir, sobre la totalidad de la propuesta, y no por bloques.

Además, según la comunicación, fechada en marzo, la militancia ha tenido la oportunidad de hacer aportaciones y propuestas, en un proceso en el que se ha intentado en todo momento primar la reflexión colectiva sobre la individual.

Comité 'técnico'

En la comunicación se precisa que desde el principio quedó "claro" que si la propuesta era validada se procedería a su materialización, mientras que, en caso de que hubiera sido rechazada, se hubiese abierto un nuevo proceso basado en "los argumentos mayoritarios".

Por otro lado, la última dirección de la organización ha descartado la opción -planteada en un anexo de los documentos del proceso- de conformar un "comité técnico provisional para gestionar las consecuencias de la acción armada de ETA", para "no dejar dudas" de su definitiva desaparición.

Por último, un informe de nivel interno recoge todas las aportaciones al debate, con el fin de que "la militancia conozca las ideas, argumentos y preocupaciones principales" del proceso, y se prevé un informe general que contenga el resumen de su actividad armada, la resolución del daño causado y un homenaje a los militantes fallecidos.

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