Hablar en inglés: el Paco Martínez Soria que llevan dentro los políticos
Coincidiendo con el Día de Europa, repasamos cómo se manejan con los idiomas los principales dirigentes políticos de antes y de ahora. La conclusión no es nada positiva,
Si a Paco Martínez Soria le estresaba personarse en Atocha, un enjambre desquiciante para un hombre de pueblo, a buena parte de los políticos españoles les sale el alma gemela del célebre actor que encarnó a tantos catetos cuando tienen que hablar en inglés.
El último, el presidente de la Diputación de Granada, el socialista José Entrena, incapaz hace unas semanas de leer siquiera una frase en el idioma más hablado del mundo cuando, a más inri, se dirigía supuestamente a un público internacional. "Busines tu busines", perpetró literalmente, dando la misma imagen que el artista del celuloido añejo intentando, un suponer, montarse en un AVE.
El espectáculo no es nuevo y ofrece gloriosos episodios incluso en dirigentes que, como Ana Botella, sí dominan la lengua que en países como Portugal, ninguna primera potencia mundial precisamente, es obligatoria mantener en los programas infantiles, siempre en versión original.
Quizá sea eso, que no hay costumbre y la herencia de una educación casi monolingüe y sin apenas impacto en la programación televisiva se mantiene. El propio Franco ya lo intentó en la lengua de Shakespeare, con un resultado digno de juicio militar. El caso es que ha permitido gozar y padecer momentos gloriosos como éstos, que recordamos coincidiendo con el Día de Europa:
Zapatero se ha llevado la palma de las chirigotas, con momentos tan hilarantes y a la vez pudorosos como los recogidos por este vídeo. Aunque dio clases y últimamente ha perfeccionado su destreza, cuando estaba en activo en Moncloa era incapaz de responder a las preguntas más sencillas incluso.
Rajoy tampoco está para tirar cohetes. Asistido casi siempre por un traductor, sus incursiones en el inglés son más de camarero espabilado en Maspalomas, capaz de chapurrear igual de mal en chino que en turco, que de un líder europeo. Algo ha mejorado últimamente, pero no parece cercana la obtención del First Certificate.
Seguramente Aznar es el político español que más ha progresado su inglés, que ya domina como segunda lengua con bastante destreza. Pero sus comienzos fueron duro, muy duros. Y divertidos, muy divertidos: nadie como él exhibió las lagunas de España con los idiomas, con esta mítica intervención en tejano de la misma Valladolid que aún despierta carcajadas y llantos a partes iguales.
Ya de otra generación, menos previsible es que Pablo Iglesias tampoco vaya a ser reclamado por Oxford para traducir a Cervantes al inglés. Aunque en su currículo oficial en la web de Podemos se indica un alto nivel de inglés, sus intervenciones en tal lengua no son precisamente para tirar cohetes. Conoce lengua y gramática, pero pronuncia como aquellos locutores de continuidad en la TVE de los 80 que, para anunciar un western, recalcaban que salía "Yon Guaine", aquel hombre tranquilo.
Ellos mejoran
También hay que se libran y, sin llegar a parecer del mismo Liverpool, elevan el orgullo patrio en cuestiones lingüísticas: el Rey Felipe VI (no así su padre), Pedro Sánchez o Esperanza Aguirre dan una oportunidad al viejo sueño de que, de Pirineos para abajo, se hable inglés al menos igual que de Pirineos para arriba. Mientras, con perdón, toca squeeze the ass y pasarlas moradas.