El falso mito de que Europa está siendo invadida desde África
Los expertos piden que se ponga fin al bulo de que la migración se ceba con el Viejo Continente, cuando es en el mismo continente africano donde se producen los mayores flujos migratorios.
La "invasión" de Europa desde África es un mito: los africanos emigran a otros países del continente y solo una mínima parte tienen como destino final el Viejo Continente. Sin embargo, sigue predominando el enfoque eurocentrista y negativo a la hora de hablar de las migraciones y se debería pasar a un enfoque africanista.
Esa es la apuesta del profesor Mbuyi Kabunda, del Grupo de Estudios Africanos (GEA) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y del profesor Papa Demba Falla, de la universidad Cheikh Anta Diop de Dakar, que han participado esta semana en una jornada sobre los movimientos de personas en y desde África organizada por Oxfam Intermón y GEA.
También coincide con ellos Gonzalo Fanjul, investigador y director de PorCausa. "Tenemos que desmontar los mitos, la idea de que estamos siendo invadidos y que la migración es un fenómeno sur-norte, que los inmigrantes son un lastre para la economía y que la ayuda detiene los flujos migratorios", subraya, lamentando que es precisamente sobre esos mitos sobre los que se están construyendo las políticas europeas.
Los especialistas apuestan por abandonar el enfoque eurocentrista y de seguridad para abordar el fenómeno desde la perspectiva del desarrollo y la cooperación
"El enfoque africano debe sustituir el enfoque eurocentrista", sostiene Kabunda, que lamenta que desde Europa se insiste en "vincular migraciones con seguridad", cuando "el problema no es de seguridad sino de desarrollo", y los dirigentes africanos "han ido de la mano a la hora de hacer esta lectura de la inmigración como amenaza".
"Es necesario abandonar la lectura tan negativa de las migraciones, empezando por las remesas", insiste el profesor de origen congoleño, subrayando que estas suponen para muchos países del continente la principal fuente de divisas, pero también "una fuente de desarrollo". Los migrantes también aportan "remesas sociales y culturales" ya que adoptan nuevas ideas con las que a su vuelta pueden contribuir al "mestizaje cultural" en sus países.
"Africanizar el enfoque"
Papa Demba también sostiene que hay que "africanizar el enfoque" porque "África también tiene algo que ofrecer" y de hecho, como subraya Kabunda, el continente es ahora destino de migraciones desde el norte, como los portugueses que ante la crisis en su país han optado por trasladarse a Angola, la antigua colonia lusa.
"África es un continente de larga tradición migratoria", en buena parte por su nomadismo, y "las migraciones son ante todo horizontales e internas", es más, subraya el profesor de la UAM, "es el continente que más migraciones internas registra". En este sentido, rechaza que se hable de "invasión" desde Europa cuando los países de la OCDE solo reciben a 4 millones de refugiados mientras que en África hay 40 millones.
Invasión es que en Sudáfrica el 30 por ciento de la población es inmigrante o que en Costa de Marfil el 33 por ciento de su población sea inmigrante, es decir, cuatro veces más del porcentaje de foráneos que tiene Francia, defiende. "En un mundo multipolar donde todo circula nos oponemos a la circulación de las personas", lamenta, apostando por "poner fin al mito de los visados y los pasaportes".
Papa Demba también se muestra crítico con esta "paradoja", que "los capitales puedan circular, las mercancías también pero los hombres que los producen no". Los dos expertos insisten en que las fronteras africanas son "arbitrarias y artificiales" y que buena parte de los africanos no se sienten identificados con ellas.
Por necesidad y no por capricho
Así las cosas, tanto ellos como el resto de participantes en la jornada, insisten en que ninguna medida, por mucho que la UE se esfuerce por "externalizar" sus fronteras y convertir a los países africanos en sus "gendarmes", podrá impedir que la gente se siga moviendo. "Quienes emigran no lo hacen por capricho, sino por necesidad", defiende Kabunda.
"África está arruinada por el norte y sus propios dirigentes y por ello se convierte en fuerte de inmigración, porque los dirigentes africanos han hecho imposible la vida a sus compatriotas", denuncia el profesor de la UAM, que también ve en el "imperialismo cultural occidental" un imán para los jóvenes.
Unos jóvenes que, como subraya Papa Demba, "prefieren la muerte física a la muerte social" y por eso, aunque en muchos casos son conscientes de que se juegan la vida en su deseo de llegar a Europa, prefieren eso a quedarse en sus países sin perspectivas laborales y de poder formar su propia familia. Además, explica, la migración es una "estrategia familiar, las familias invierten" en uno de sus miembros para que emigre y así pueda ayudar a los que quedan atrás.
En este sentido, sin duda la mayor "desgracia" que la migración supone para el continente es la de la "fuga de cerebros". Los países del continente están perdiendo a jóvenes en edad de producir en un momento en el que se les necesita para seguir avanzando.
Migraciones ecológicas en el futuro
Los dos expertos han alertado asimismo de otro factor que en el futuro será determinante: el cambio climático. África está sufriendo un "infarto ecológico", denuncia Kabunda, alertando de la destrucción de la cuenca del río Congo, que alberga la segunda selva más grande del mundo por detrás del Amazonas.
La violencia y la explotación minera hacen temer que de aquí a 2050 pierda el 90 por ciento de su capacidad lo cual, advierte el profesor, "supone una amenaza muy seria para todo el sistema ecológico mundial". En el futuro, "las migraciones serán ecológicas" por lo que "hay que prepararse para recibir a los pigmeos porque han destruido su sistema", advierte.
Una situación similar se está produciendo en el lago Chad, explica por su parte Pierre Kamdem, profesor de la Universidad de Poitiers. Este lago cuyas aguas bañan Chad, Nigeria, Níger y Camerún ha visto cómo su superficie se reducía en un 90 por ciento en las últimas décadas y los habitantes de la zona "han perdido sus medios de vida", teniendo que abandonar en buena medida la pesca y la ganadería con las que subsistían, aclara.
En Sudáfrica el 30 por ciento de la población es inmigrante y en Costa de Marfil se llega al 33 por ciento, cuatro veces más del porcentaje de foráneos que posee Francia
Ante este problema, Kabunda apuesta por trabajar con los países de la región en leyes para la protección del medio ambiente, aunque reconoce que el principal problema es la "falta de voluntad política". "Los intereses económicos son muy fuerte y venden el capital verde de sus países para tener divisas con las que pagar la deuda externa", resalta. "Venden la tierra a las multinacionales en lugar de alimentar a su gente", lamenta.
Los expertos africanos tienen clara cuál es la solución: una verdadera unidad africana. "Tenemos que defender la unidad del continente, los estados no tienen razón de ser", defiende Kabunda, que se declara un "africanista convencido". Papa Demba comparte su visión. "Falta espíritu de solidaridad, construir un espacio político y de desarrollo como en Europa", asevera, lamentando que "no hay conciencia africana" en el continente y que la Unión Africana no sea más que "un sindicato de presidente". Los líderes africanos tienen que entender que la migración es una "posibilidad de complementariedad entre estados" y contribuyen al desarrollo en el continente, agrega el profesor senegalés.
Sin embargo, "no hay voluntad política" de cumplir con los acuerdos y declaraciones que se firman. "Los recursos hoy en día no son el petróleo sino invertir en la educación de los ciudadanos" con vistas al futuro, porque "el petróleo se puede comprar e incluso más barato fuera del continente", sostiene.