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P.P. Hinojos

Borrell, el doble látigo contra separatistas y euroescépticos

Sánchez quiere convertir al veterano político, con dilatada trayectoria institucional y destacado en los últimos tiempos por su rechazo a los independentistas, en gran pilar de su gabinete.

Borrell, el doble látigo contra separatistas y euroescépticos

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El nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha aferrado a un valor seguro para tratar de mantener el rumbo de un mandato repleto de incertidumbres: Josep Borrell. El veterano político catalán atesora una experiencia de gestión más que notable, tanto en España como en la Unión Europea, así como una veteranía política tan sinuosa como contrastada, que en los últimos tiempos se ha enriquecido con un discurso beligerante contra el separatismo catalán.

El futuro ministro de Asuntos Exteriores está llamado a ser, por tanto, un pilar fundamental del nuevo Gobierno, sea cual sea el futuro que tenga. Y parece que el exministro de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente en el último Gobierno de Felipe González tiene claro ese compromiso, a pesar de que rechazó ir de número 3 en las listas del PSC por la provincia de Barcelona en las últimas autonómicas porque se veía fuera de la política en activo.

En la etapa anterior de Sánchez al frente del PSOE, el secretario general socialista ya le incluyó en el equipo de expertos o 'Gobierno en la sombra' del que se hizo rodear.

Como se señalaba antes, en los últimos años, Borrell, de 71 años, se ha destacado por combatir el discurso independentista, rebatiendo los argumentos -que considera falsos en muchos casos- sobre el sometimiento de Cataluña por parte de España. En esta campaña se enmarca, por ejemplo, el exitoso libro Las cuentas y los cuentos de la independencia que publicó en 2015 junto con Joan Llorach.

Los esfuerzos de Borrell por contrarrestar el discurso victimista del secesionismo recibían con frecuencia los elogios del entonces ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, que estaba convencido de la necesidad de confrontar el relato independentista pese a que la opinión mayoritaria del Gobierno de Mariano Rajoy se inclinaba por esperar a que bajara el 'soufflé'.

“No sois súbditos…”

Borrell tuvo, asimismo, un papel protagonista en la masiva manifestación en Barcelona convocada por Sociedad Civil Catalana tras el referéndum 1 de octubre y que perseguía mostrar al mundo que no son mayoría los catalanes que ansían la independencia.

De verse fuera de la política activa hace unos meses, Borrell ha pasado a convertirse en un referente socialista de primer nivel desde su rechazo al soberanismo catalán y su compromiso europeista

Gran eco mediático tuvo su apasionada intervención, en la que pidió no hacer boicot a los productos catalanes, reprochó a las empresas por no haber anunciado antes el cambio de su sede social y arremetió contra el entonces conseller de la Presidencia de la Generalitat, Jordi Turull, por referirse a los catalanes que están en contra del 1-O como "súbditos".

La réplica de Borrell a Turull en la manifestación copó todos los telediarios. "No sois súbditos, y estáis hoy aquí y habéis venido tantos precisamente para decir que sois tan ciudadanos de Cataluña como ellos", les arengó Borrell a los manifestantes, enarbolando al mismo tiempo una bandera de la Unión Europea, “nuestra única estelada”.

43 años de militancia socialista

Nacido en Puebla de Segur, población de Lérida, el 24 de abril de 1947, Josep Borrell Fontelles es ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, máster en Investigación Operativa por la Universidad de Stanford (California, EEUU), máster en Economía de la Energía por el Instituto Francés del Petróleo en París, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid en Madrid (España) y catedrático en excedencia de Matemáticas Empresariales.

Militante en el PSOE desde 1975, pasó del cargo de concejal en el Ayuntamiento de Majadahonda en 1979, a responsable de la política fiscal de la provincia de Madrid en el período preautonómico.

Tras la histórica victoria del PSOE en 1982, fue nombrado secretario de Estado de Presupuesto y Gasto Público del Ministerio de Economía. Y a partir de 1984 y hasta 1991, fue secretario de Estado de Hacienda, periodo en el que se trató de promocionar la lucha contra el fraude fiscal, ejemplarizado en procesos judiciales tan mediáticos como el de Lola Flores.

En 1991 fue nombrado titular del Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, cartera que ocupó hasta que Felipe González y el PSOE fueron desalojados del Gobierno de la nación en 1996 por José María Aznar y el PP.

Con los socialistas en la oposición, ganó las elecciones primarias de abril de 1998, para la candidatura a la presidencia del Gobierno en 2000, imponiéndose a Joaquín Almunia, secretario general del partido. Almunia era el candidato “oficialista” y disfrutaba del respaldo del aparato del partido y, en consecuencia, del expresidente González.

Sin embargo, Borrell acabó renunciando el 14 de mayo del siguiente año en favor de Almunia, debido a la falta de apoyo de la dirección, y al escándalo de fraude fiscal de José María Huguet, un viejo colaborador suyo cuando era secretario de Estado de Hacienda

De la empresa privada a los asuntos europeos

Borrell también ha trabajado para la empresa privada. En CEPSA estuvo siete años, y ocupó un puesto en el Consejo de Administración de Abengoa desde 2009. En 2010 se convirtió en presidente de su consejo asesor internacional.

Precisamente su condición de miembro del Consejo de Administración de Abengoa le llevó a declarar como testigo ante la Audiencia Nacional que investigó las indemnizaciones millonarias adjudicadas poco antes de que la compañía presentara el preconcurso de acreedores. Borrell no llegó a ser imputado.

El otro gran valor de la carrera política es su implicación en los asuntos comunitarios, desde un compromiso europeísta absoluto. Así, negoció y administró fondos de cohesión y estructurales, presidió varios consejos de ministros europeos en las presidencias españolas de la UE de los años 1989 y 1995 y durante una década representó a España en las reuniones de los ministros europeos de Transporte, Telecomunicaciones y Medio Ambiente.

Fue miembro de la Convención que preparó la nonata Constitución europea, participando activamente en los trabajos sobre gobierno económico, la Europa social, la política exterior y de defensa, entre otros.

El broche fue su candidatura como cabeza de lista del PSOE en las elecciones europeas en 2004. En el verano de ese año fue elegido presidente del Parlamento Europeo merced a un acuerdo entre el Partido Popular Europeo y el Partido Socialista Europeo para compartir el control de la eurocámara en su mandato de cinco años, ejerciendo el cargo hasta 2007.

Y en tiempos donde avanza a pasos de gigante el euroescepticismo, una figura del calado y de la sólida preparación de Borrell como canciller puede ser todo un referente, incluso en el Continente. Toda una oportunidad para levantar la alicaída diplomacia española.