Andrés Gil, un periodista de antes para presidir una RTVE infernal
El combate en RTVE vive su primer asalto con la elección de un periodista tranquilo, de perfil menos público y una larga carrera en el periodismo escrito. Pero la batalla acaba de comenzar.
Ni Almudena Ariza ni Arsenio Escolar ni Fran Llorente ni Ana Pardo de Vera. El presidente del gigante RTVE será Andrés Gil, ahora mismo redactor jefe de política de eldiario.es, el periódico fundado y dirigido por Ignacio Escolar.
El resto de nombres estuvieron sobre la mesa, pero se fueron cayendo uno a uno por desaveniencias entre PSOE, que impulsa el decreto de asalto al ente público, y Podemos, que decía tener un acuerdo con Sánchez para elegir al presidente de la Corporación.
Descartados los anteriores, aunque alguno de ellos seguirá aspirando a la Dirección General, a la Dirección de Informativos o al Consejo de Administración; el nombre que irrumpió tras los descartes es el de Gil, un periodista nacido para la profesión en el Grupo Prisa desde la escuela de periodismo de El País, que ahora dirigirá uno de sus primeros jefes, el también expresidente de la agencia EFE, Álex Grijelmo.
Andrés Gil fue además redactor jefe de la sección de páginas comunes y revistas que, en los albores del siglo, Prisa lanzó para una amplia red de periódicos provinciales bajo la batuta del propio Grijelmo y de Juan Antonio Carbajo, otro histórico de la cabecera de Miguel Yuste, donde sigue siendo una referencia en la actualidad.
Un largo currículo
De ahí dio el salto al ya extinto ADN, la cabecera que durante unos años intentó rivalizar con el célebre 20 minutos en el sector de la prensa gratuita impresa de gran tirada. La muerte del rotativo del que fue subdirector y referente en información autonómica de Madrid, una más entre tantas que han asolado a la prensa en los últimos años, le llevó a incorporarse en un puesto clave para uno de los nativos digitales de mayor éxito en la actualidad.
Escolar, Ariza, Llorente y Montano sonaron para presidir RTVE y siguen sonando para otros puestos directivos en el ente
En eldiario.es, comandado por Escolar -hijo de Arsenio, otro nombre para RTVE-, Gil encabezó la sección de política, muy alineada con algunas de las investigaciones que más dañaron al PP y firme defensora de un relevo en Moncloa que finalmente llegó hace un mes por moción de censura.
Nacido en Madrid en 1973, Gil ha estado acostumbrado a la segunda línea en las redacciones pero ahora dará el salto a la primera fila más expuesta quizá de España: presidir una Corporación con 1.000 millones de presupuesto, más de 5.000 trabajadores y una plataforma de siete canales de radio y televisión; RTVE es el epicentro de la batalla política que libran los dos bloques ideológicos del Parlamento con más acritud.
Gil es un hombre tranquilo, de las redacciones de siempre, que ahora da un salto a un avispero incierto
De hecho, la dificultad para encontrar un nombre y la necesidad de que, al final de todo, lo apoye ERC, resume la batalla que se va a vivir en el seno del ente público, tomado vía decreto por el Gobierno y sus socios pese a que la ley obliga a seleccionar a los principales directivos mediante un concurso público.
Pero ni Iglesias ni Sánchez estaban dispuestos a esperar a que se aclarara ese proceso, tal vez un año, ni a que siguiera mientras al frente un equipo directivo más próximo al anterior Ejecutivo. El decreto aprobado por urgencia el pasado viernes en el Consejo de Ministros era una declaración de guerra mediática a PP y Ciudadanos, que como tal se la han tomado, anunciando una batería de medidas de todo tipo para oponerse a lo que consideran un "atraco" que, lejos de despolitizar RTVE, la sitúa como infantería de la izquierda.
Muchos más cambios
Mientras todo se dirime, con sonoros cambios de cargos y de programas en próximas fechas que, fuentes internas, aseguran que también incluirá una polémica 'limpia' de analistas; Gil ocupará el sillón más importante y caliente del ente público.
Y desde ahí oteará, con el aire tranquilo y las palabras justas que siempre le caracterizaron, esa mezcla de paraíso y averno que es RTVE, un objeto de deseo que ahora le pertenece a él, con la eterna sospecha de si actuará con independencia o al servicio de Pedro y Pablo.