El asalto a TVE, punta de lanza de Sánchez para “atar” a Iglesias y arañar votos
La operación es de largo recorrido. En juego, el modelo de gobernabilidad decidido por el Presidente del PSOE y su anclaje en el actual puzzle político.
Pedro Sánchez se rindió ante la evidencia antes incluso de pisar La Moncloa. Desde días antes del triunfo de su moción de censura ya tenía interiorizada la precariedad de su situación. “¿Cómo se gobierna con el apoyo de partida de 85 diputados? Jodido”. Las palabras de un cercano a Sánchez retumbaron en el bar Manolo, en las cercanías de las Cortes, cual peligrosa incógnita justo cuando más se reclama estabilidad.
Finalizadas las certezas, el presidente del Gobierno aún debe explicar las posibilidades de una estrategia que fía su anclaje y el sostén de las Instituciones a un variado e irregular puzle de acuerdos con Podemos, PNV, ERC o PdeCAT. Una traslación de la famosa “geometría variable” que acabó por enterrar a José Luis Rodríguez Zapatero. Cautivo de las componendas y los cambalaches a que le obliga su minoría parlamentaria, Sánchez tenía decidido “atar” a Pablo Iglesias.
Complicaciones
Pedro Sánchez ha podido dejar a Iglesias fuera del Ejecutivo pero quiere evitar cualquier tentación de Unidos Podemos de complicarle la vida parlamentaria en esta etapa para recuperar protagonismo. Es por eso que el inquilino de La Moncloa ha buscado llevar al líder morado a su terreno con la entrega de la presidencia de RTVE, ojo, punta de lanza, junto a la agencia EFE, de la entrada podemita próximamente en una larga lista organismos públicos.
Porque el plan sellado entre Sánchez e Iglesias pasa por darle cabida en toda suerte de entes, organismos autónomos, consorcios y fundaciones que cuelgan de la ubre del Estado. En ese conglomerado, la denominada Administración paralela, ha pensado Sánchez, puede distraerse Podemos imprimiendo su particularísimo sello, mientras él convierte La Moncloa en el gran escaparate que funcione como la plataforma idónea del PSOEde cara a las sucesivas citas con las urnas.
Por ahí resopla el desmentido a la regeneración de España glosada por Sánchez al iniciar su mandato. De inequívoca aplicación al asalto de televisión española, llamada de por medio de Iglesias a Bruselas al jefe del Ejecutivo para obtener el visto bueno a su ya quemado candidato a tomar el mando Andrés Gil. Ya lo decía el líder podemita en el espacio En la Frontera del diario Público: “Los medios de comunicación son en última instancia los instrumentos de politización más importantes”.
El PNV molesto
El resultado es que Sánchez ha investido a Pablo Iglesias como un “socio preferente”. Y eso, claro, puede afectar a las relaciones con el PNV. Mucho. Quien siembra vientos, recoge tempestades. Así reza uno de los refranes más populares del imaginario patrio, y es exactamente lo que le puede ocurrir a Pedro Sánchez.