El Gobierno acerca a los etarras que casi matan a Iturgaiz sin pedirle perdón
El expresidente del PP vasco aclara que, en contra de lo dicho, los dos terroristas se benefician de ese privilegio sin haberle mostrado arrepentimiento ni disculpas.
Olga Sanz Martín y Javier Moreno Ramajo ya están en casa, o lo más cerca posible de ella, la cárcel de Basauri. Allí han sido trasladados por decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, en su nueva política de acercamiento al País Vasco de presos de ETA que, supuestamente, beneficiaría en exclusiva a terroristas arrepentidos que renegaran de la banda ante sus propias víctimas.
Pero no es el caso, según una de sus víctimas más conocidas. Y es que el expresidente del PP vasco y actual eurodiputado, Carlos Iturgaiz, ha expresado en público su descontento por una decisión arbitraria que beneficia a dos terroristas del sanguinario Comando Vizcaya sobre los que pesan condenas de más de 70 años de cárcel.
"El Gobierno del PSOE enmarca el acercamiento de 2 criminales etarras en la política de gestos de reclusos a que se han desvinculado de la banda y han pedido perdón a sus víctimas. Les aseguro que estos dos asesinos que intentaron matarme ni me han llamado ni me han escrito una carta", ha explicado el político en Twitter.
Y no se ha quedado ahí: "Sólo espero que estos dos primeros acercamientos de #terroristas etarras por parte del @PSOE y de @sanchezcastejon, quienes eran los que me intentaron asesinar a mi cuando era el Presidente del @PPVasco @PPopular y a Atutxa, no sea el paso previo a liberar a todas estas alimañas".
Intento de matanza
No es la única protesta, aunque sí la más simbólica la tratarse de una víctima directa de esos terroristas ahora receptores de ese privilegio. La intentona de asesinato contra Iturgaiz fue especialmente macabra, pues se produjo en 2001 durante un homenaje a otra víctima popular de ETA y pudo provocar una auténtica masacre.
Los hechos sucedieron un frío 9 de enero de hace diecisiete años. La bomba que los artificieros de la Ertzaintza explosionaron junto a la tumba del edil popular en Zarautz (Guipúzcoa), José Ignacio Iruretagoyena, estaba preparada para estallar durante un homenaje de los populares al concejal asesinado por ETA en 1998. Falló el mando a distancia que activaba el artefacto.
Carlos Iturgáiz, presidente del PP del País Vasco, declaró entonces que, según le había informado la Ertzaintza, un fallo en el mando a distancia ha evitado que explotase el artefacto cuando la dirección de los populares y familiares del concejal asesinado participaban en un acto homenaje en el cementerio de Zarauz.
En el cementerio
La bomba contenía tres kilos de una sustancia explosiva y «mucha metralla» preparada «para matar a todos los que estábamos allí», según el presidente del PP vasco. El fallo evitó, previsiblemente, la muerte de algunas de las personas que estaban próximas a la jardinera en la que estaba colocada la bomba, concretamente, la familia de Iruretagoyena, dos hermanas, la viuda y su padre, Cándido, así como la entonces presidenta del PP de Guipúzcoa, María San Gil y el propio Iturgaiz.
Iturgaiz dijo en aquel momento que ETA ha intentado "provocar una auténtica masacre" en Zarautz con la colocación de la bomba, por lo que confesó sentirse muy impactado por la noticia. Quien era en aquel momento presidente del Gobierno, José María Aznar, declaró también en Antena 3 que ha sido un "hecho de suerte y milagroso que ha podido evitar un terrible atentado".
Ciudadanos enfila a Sánchez
La indignación no es solo del PP. Desde Ciudadanos, por ejemplo, su secretario de Organización, Fran Hervías, ha insistido en que esta decisión es "el precio que pagamos todos los españoles" que los "socios" de Pedro Sánchez "le mantengan en Moncloa". Un precio que, asegura, "está siendo demasiado alto" y que revela "la inmoralidad y el desprecio a las víctimas de ETA por el presidente interino".
La explicación
Los presos de ETA trasladados desde el centro penitenciario de Asturias al de Basauri (Bizkaia), tras haberlo solicitado a instituciones penitenciarias ambos reclusos, arrepentidos y desvinculados del colectivo de presos de la banda, EPPK, según han informado a Europa Press fuentes oficiales.
Sanz Martín y Moreno, exmiembros del 'comando Bizkaia', son pareja y se encontraban en tercer grado penitenciario, "cumpliendo todos los requisitos que establece la Ley". De hecho, llegaron a pedir perdón al parecer, aunque de una manera despersonalizada. Instituciones Penitenciarias ha accedido a trasladarles al centro penitenciario de Basauri, tal como han solicitado, y cumplirán en esta prisión la última parte de su condena en régimen de semilibertad, de forma que acudirán a prisión para dormir.
Estos dos presos fueron detenidos en 1998 en el barrio bilbaíno de Zorroza y condenados en el año 2002 por la Audiencia Nacional a 71 años de cárcel la mujer y a 74 años él, junto a otros 14 miembros y colaboradores del 'comando Bizkaia', el talde que había planificado el asesinato del exconsejero del Interior del Gobierno Vasco Juan María Atutxa o del entonces presidente del PP en el País Vasco Carlos Iturgaiz.
Una disculpa genérica
Olga Sanz escribió el pasado mes de marzo una carta genérica muy similar a la de otros arrepentidos en la que pedía perdón por el daño que había causado, lo asumió y pidió "disculpas". "Lo lamento sinceramente", aseguró. Además, se puso a disposición de la Justicia a fin de "facilitar información para esclarecer algún delito si fuera necesario", si tuviera información, y se comprometió a hacer frente a su responsabilidad civil.
Esta carta le permitió disfrutar de permisos y, más adelante, obtuvo el tercer grado. Su pareja estaba, además, trabajando en el economato de la prisión asturiana, uno de los puestos a los que han accedido otros reclusos de ETA arrepentidos como Valentín Lasarte o Iñaki Rekarte, en la actualidad excarcelados.