Sánchez ignora ahora el SOS emitido por el mismo Aquarius que tanto utilizó
El buque, con 141 inmigrantes, no recibe respuesta de un Gobierno que pacta a la vez con Merkel la asunción de sus migrantes sin dar detalles de cómo y cuántos.
El Aquarius pedía ayer mismo auxilio para los más de 140 inmigrantes que lleva encima, pero de repente se ha acabado la emergencia en Moncloa, que a la vez sella acuerdos no muy detallados con Ángela Merkel para asumir migrantes llegados a la frontera alemana tras 'rozar' España: unos hablan de que ese convenio remunerado afectará a cien personas exclusivamente, pero la falta de precisiones deja abierto el cupo.
Lo cierto es que, tras varias semanas dando lecciones a Europa, el Gobierno de Pedro Sánchez ya no considera excepcional la llegada de inmigrantes y refugiados a España en barcos de ONG, como es el caso de los 87 pasajeros que el jueves desembarcaron en el puerto de Algeciras (Cádiz) tras ser rescatados en aguas del Mediterráneo por el 'Open Arms'.
Así pues, a partir ahora se aplicarán los protocolos "normales y establecidos" para cualquier llegada, independientemente de que se produzca a través de buques de salvamento o en patera. Pero la llegada en masa se sigue produciendo.
A los 87 migrantes que llegaron a Algeciras no se les concederá "ningún estatus especial", al contrario de lo que se hizo los 629 rescatados por el buque 'Aquarius' -operado por Médicos sin Fronteras y SOS Méditerranée- que llegaron el pasado 17 de junio al puerto de Valencia, y a los que el Gobierno dio un permiso de entrada extraordinaria del 45 días por motivos humanitarios. Por su parte, los 60 migrantes que llegaron al puerto de Barcelona el 4 de julio tras ser rescatados por el Open Arms, la embarcación de la ONG española Proactiva Open Arms, recibieron un permiso humanitario especial de 30 días.
Fuentes del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska han argumentado que, tras comprobar que "ahora" estas llegadas "son un proceso habitual", los migrantes que acceden a España por esta vía deben "derivarse a los protocolos habituales".
"Ya está acreditado que están llegando barcos de forma regular y lo que se va a hacer es aplicar los protocolos normales y establecidos para cualquier llegada de inmigrantes, los traiga Salvamento Marítimo o los traiga el Open Arms", han subrayado. Según ha incidido, "no puede haber ninguna diferencia" con respecto a las vidas que auxilia Salvamento Marítimo en las costas españolas.
Los 87 pasajeros del Open Arms no tendrán el "estatus especial" que sí se concedió a los últimos 60 rescatados por el mismo buque y a los 629 del Aquarius porque la "situación excepcional" ya ha pasado, según el Gobierno
Estas mismas fuentes han defendido que "la novedad" precisamente fue que Open Arms desembarcará en puerto español con los rescatados en el Mediterráneo, tras recibir una autorización del Ejecutivo español. Sin embargo, han hecho hincapié en que "ahora se ha visto" que este tipo de desembarcos puede ser lo habitual.
Doble rasero
"La diferencia respecto al último Open Arms es que ya esto no se considera una situación excepcional", han argumentado desde Interior, al preguntar por el motivo para no conceder un permiso especial a los 87 que viajan en el Open Arms, cuando sí se hizo con los pasajeros que llegaron a Barcelona hace un mes a bordo del mismo buque de rescate. En el caso del permiso otorgado a los 629 viajeros del Aquarius, desde el Ministerio han destacado que esa fue "una situación humanitaria excepcional".
Así pues, siguiendo el protocolo establecido, los 87 migrantes -que recibieron atención médica al desembarcar- fueron trasladados al Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) de la ciudad gaditana, donde disponen de 72 horas de estancia y la policía procederá a las labores de identificación. Habrá un equipo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) España que ayudará en los trámites de demandas de asilo. Transcurridas las 72 horas, se aplicará "la legislación normal", de acuerdo a la Ley de Extranjería.
El proceso de asilo
La portavoz de ACNUR España, María Jesús Vega, ha explicado que su labor es "proporcionar información" a los recién llegados sobre el acceso al proceso de asilo así como ayudar a las autoridades españolas en la identificación de personas vulnerables, como víctimas de tortura o trata.
"Estaremos allí como hemos estado en otros desembarcos", ha afirmado Vega, que ha recordado que ACNUR tiene un equipo en la zona de las costas del sur de España desde hace aproximadamente un año y medio y desde 2014 en Ceuta y Melilla.
Muchos de los inmigrantes y refugiados contarán con asistencia letrada que les oriente en la petición de asilo y analice si son merecedores o no de protección internacional. "Todo el mundo tiene derecho a pedir asilo, pero no todo el mundo tiene derecho a recibirlo", ha declarado.
La portavoz de ACNUR sostiene que "lo primero" es que los 87 pasajeros "tomen conciencia de que están en tierra firme en España" y de que no van a ser devueltos a Libia. "Probablemente la mayoría procede de Libia y el denominador común es que esta gente pueda tener secuelas de estrés postraumático, malos tratos, otras violaciones de derechos humanos, que son la constante que hemos estado viendo en gente que ha desembarcado en Italia y los rescatados en aguas Mediterráneo central", ha precisado.
Los casi 90 inmigrantes y refugiados que llegaron al puerto andaluz fueron rescatados el pasado 2 de agosto en la vía central del Mediterráneo y la mayoría de ellos proceden de Sudán, aunque han partido de Libia, principal punto de salida de los migrantes que quieren llegar a Europa.
La imagen final es controvertida, pues: de organizar una recepción casi de Estado a los primeros tripulantes del Aquarius a no contestar ahora a su llamada de SOS con unas circunstancias idénticas: lo que ha cambiado, probablemente, es la actitud de Sánchez, porque el problema sigue siendo el mismo,