El “apaciguamiento” de Sánchez
Con el bloque constitucionalista roto por mor de la política del presidente, apenas el PP, Cs y algunos jueces quedan como último pelotón dispuesto a defender al Estado.
Pedro Sánchez ha dedicado horas a transmitir un mensaje de “resistencia” a miembros del Gobierno y del partido, después de la bravuconada independentista de Quim Torra. El “cenagal catalán”, en palabras de un destacado barón del PSOE, provoca una guerra de nervios ante la perspectiva de afrontar unas elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina.
“Toda acción en Cataluña conlleva siempre sus riesgos. Somos diecisiete 'mercados' electorales –avisan socialistas- y es imposible evitar repercusiones”. De hecho, esta realidad ha levantado críticas, siempre de puertas para adentro, a la operación “apaciguamiento” del presidente.
Nás allá de PP y Cs, sólo ciertos jueces quedan como último pelotón dispuesto a salvar la civilización y al Estado
Un escenario de pesadilla particularmente para Susana Díaz, quien, según barruntan sus cercanos, podría anunciar la convocatoria el martes 9, disolver la cámara al día siguiente y celebrar elecciones andaluzas el 2 de diciembre.
Con bombos y platillos, y como si de un acto más de precampaña se tratase, la presidenta de la Junta de Andalucía recibirá al Consejo de Ministros en Sevilla el 26 de este mes. Ha conseguido borrar de la cabeza de los colaboradores de Sánchez la idea de una coincidencia de las generales con sus propias elecciones. Pero los aplausos ante Pedro Sánchez siempre derivan en un escepticismo creciente sobre sus opciones reales de salir indemne de tacticismos como darle vueltas en la boca al caramelo de un secesionismo cada vez más dividido.
La división
En esa división es donde La Moncloa pone ahora el acento. Busca “vender” el éxito de su política de mano tendida, destacando de paso que aún reportaría más triunfos si no fuera porque Inés Arrimadas exhibe la bandera de España en el Parlament o Pablo Casado se empeña en pedir la ilegalización de fuerzas como la CUP.
Susana Díaz podría anunciar la convocatoria el martes 9, disolver la cámara al día siguiente y celebrar elecciones andaluzas el 2 de diciembre
Por desgracia, lo que aparece cada vez más roto es el bloque constitucionalista, aunque debería ser una piña en defensa de la libertad e igualdad de todos los españoles y la unidad de España. Ante ello, Sánchez y el PSOE no pueden encogerse de hombros.
A esta hora, la sensación es que, más allá de PP y Cs, sólo ciertos jueces quedan como último spengleriano pelotón de soldados dispuestos a salvar la civilización y al Estado; además, cercados por casi todos: tanto por los hostiles como por esos aparentes partidarios que, sin ponerse el lazo amarillo, solicitan indultos preventivos o se rasgan las vestiduras en televisión por el daño “emocional” -así lo definen algunos- de mantener a los golpistas en prisión.