El vestido-biquini de Pedroche desata el primer tsunami de bromas del año

Cristina Pedroche dio la campanada de nuevo en Antena 3 con otro de sus esperados vestidos, que difícilmente superarían los controles anticosificación de las feministas más vigilantes pero que arrasó en todos los demás ámbitos. Por mucho menos acabaron con las azafatas de la Fórmula 1 desde un neopuritanismo que, felizmente, parece descansar o mirar para otro lado cuando la señalada es una estrella de televisión.

El caso es que Pedroche y su vestido-biquini desafiaron al frío en la Puerta del Sol y evidenciaron que la presentadora, esbelta y delgada, con esa mezcla de diva y choni que la ha hecho única, empieza a formar parte por derecho propio del paisaje de Nochevieja: las uvas, el reloj de Sol, el champán y el despliegue textil de Cristina son ya parte de la memoria sentimental reciente de la última velada de cada año.

Pedroche se ha convertido, incluso para sus detractores, en la campanada número 13 de cada Nochevieja

A su lado, todos -y todas- los demás se eclipsan, incluyendo a un Javier Chicote condenado a hacer de perchero de la capa que proteja, año tras año, la sorpresa minimalista que protege a la estrella hasta el momento de la verdad: si Marilyn salía de una tarta para cantarle el Happy Birthday a Kennedy; Pedroche lo hace de una especie de carpa para cantarle las campanadas a los españoles y provocar más atragantamientos que las propias uvas.

Del éxito del formato para Antena 3 da cuenta el alud de bromas, recordatorios, apoyos, críticas, memes, tuits y mensajes que a los cinco minutos de lucir palmito comienza y no se detiene ya hasta el día de Reyes, cuando la Reina entrega su corona de fama a Sus Majestades prometiendo otro sorpresón al año que viene. Vean, y lean: