Carta abierta a Javier, el hijo de Goyo Ordóñez
Hace ya 24 años ETA asesinó al dirigente del PP, capaz de combatir al terror con la palabra y la fuerza de los hechos. Su legado político de resistencia y valor es inmortal e inolvidable.
(Este artículo fue originariamente publicado en enero de 2018 pero lo recuperamos por su evidente relevancia)
Hoy se cumple el vigésimo tercer aniversario del asesinato en San Sebastián de Gregorio Ordóñez Fenollar, mientras comía con unos compañeros en el Bar La Cepa de la parte vieja donostiarra.
ETA quiso matar y aniquilar al líder del centro derecha vasco, pero creó el mito, el héroe y el símbolo de la libertad en el País Vasco, meses antes de haberse podido convertir en el alcalde popular de la capital guipuzcoana, en donde la formación que encabezaba ganó las elecciones, en la ciudad más abertzale de la comunidad autónoma vasca.
Hace unos días, su hijo Javier Ordóñez Iribar hacía sus primeras declaraciones en medios de comunicación reivindicando la figura de su padre y lamentándose de cómo la banda asesina ETA, le había robado la posibilidad de conocerle tanto como padre como político, puesto que él apenas tenía meses cuando asesinaron a Goyo.
Por eso y dirigiéndome a Javier, además de decirle que le quiero por ser hijo de quien es, quiero decirle que no está solo, porque todos aquellos que quisimos y queremos a Goyo, estamos y estaremos con él siempre que nos necesite.
El ejemplo
Quiero expresarle mi convencimiento de que su padre, nuestro Goyo, era y es un héroe que jamás será olvidado por la sociedad, puesto que con su manera de ser, un torbellino como persona y un líder innato por sus convicciones políticas, Goyo creó una manera de combatir al nacionalismo excluyente y hacerle frente con la palabra, la fuerza y la libertad.
Era tal su convencimiento de la libertad y de la necesidad de usar la palabra para defender sus ideas con respeto a la vida, que dio ejemplo de eso, cuando un tiempo antes, un dirigente de la mesa nacional de Herri Batasuna, Josu Muguruza, fuera asesinado en Madrid. Pues bien, Goyo Ordoñez, emitió un comunicado condenando dicho asesinato y pidiendo la necesidad de la existencia de paz en el País Vasco.
Nuestro Goyo, era y es un héroe que jamás será olvidado por la sociedad: es un mito de la resistencia y el valor
Como decía Goyo, él tenía una manera distinta de ver y de transmitir la política, con su cercanía al ciudadano, con su fuerza de la palabra y con unas acciones que no todos se atrevían en aquellos tiempos en el País Vasco. Recuerdo como anécdota, una reunión a la que asistimos en Loyola, en el Restaurante Kiruri, Goyo, el presidente del partido en Guipúzcoa entonces, José Eugenio Azpiroz y yo mismo, con personas de centro derecha de las localidades de Azpeitia y Azcoitia para conformar listas electorales a esos ayuntamientos.
Valor y palabra
Teníamos un especial interés en esa zona y en esas localidades, puesto que por un lado, yo soy azcoitiano y por otro, Javier Arzallus, el presidente del PNV era también nacido en Azcoitia. Bastó media hora de reunión para que, en la misma, se consiguiera crear una lista electoral en esta localidad, encabezada por la víctima del terrorismo Pilar Elías, quien arrebató la mayoría absoluta al PNV en mi pueblo y estuvo como concejala varias legislaturas.
Gregorio, Goyo para los amigos, era grande, muy grande. Era y es el alimento que en lugares tan delicados necesitaba la sociedad para reivindicar la españolidad de las tierras vascas y un ejemplo de hacer política, hasta el punto de que hoy en día, 23 años después, nadie ha sido capaz de igualar sus logros, su fortaleza como político y su capacidad de ilusionar a quienes estaban asustados y marginados por las armas.
Querido Javier, puedes y debes estar orgulloso, satisfecho y feliz por ser hijo de quien eres, porque su legado es inigualable y su fuerza estoy seguro que te vendrá desde ese cielo en el que todos creemos y en el que además de cuidarte, estará manteniendo eso que se vino en llamar el espíritu de Goyo Ordóñez.
Te quiero Javier maitia, biotza. Muxu bat. Un enorme beso.