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Samuel Vazquez / CdV

Una España de película

Los Reyes Católicos, la Conquista, la Reconquista... la historia de una gran Nación inspiraría el cine de otros países, pero España renuncia y no pasa del folletín autolesivo.

La batalla de Las Navas de Tolosa. Y algunos actores célebres

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¿Se imaginan a Gibson dirigiendo Regnum Asturorum con el propio Gibson haciendo de Rey Pelayo a caballo por el Monte Auseva?

Cierren los ojos y piensen en la secuencia de los soldados cristianos rezando en la cueva de la Santina antes de combatir con los sarracenos. Cabeza baja, rodilla en tierra.

¿Se imaginan a los guerreros entrando victoriosos en Gigia con la música de Horner de fondo mientras huye Munuza?

¿Y qué me dicen de la carga de los tres reyes en Santa Elena contra el moro Al Nasir que quería llevar la media luna hasta Roma?

Day-Lewis como Alfonso VIII de Castilla, Fassbender como Pedro II de Aragón y McAvoy como Sancho VII de Navarra… y ojito que suena Morricone durante la batalla, pelos como escarpias.

“Aquí, señor obispo, morimos todos”.

¿Se imaginan a Di Caprio como Hernán Cortes pactando con los indígenas para luchar contra el genocidio de los Mexicas, y leyendo en la última escena a voz en grito el testamento de la Reina Isabel?:

“Y no consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio han recibido, lo remedien.”

La guerra civil podría perfectamente ser cosa del genio Sollima, con esa desgarradora frialdad veraz con la que dirigió ACAB, sin la estúpida historia de buenos y malos, con la valentía descarnada de tener malos y malos; sin etiquetas, con personajes; sin mensaje político, con historias de vida.

Un falangista amante de la poesía y un republicano miserable ladrón y putero… ¿se imagina el escándalo?

Si entras en la gala de los Goya con ese guión, en la puerta ya salta la alarma y te reduce el servicio de seguridad en el suelo. No llegas ni al catering progre de nuestra alfombra roja de caviar y Chanel.

¿Le concedemos a Brad Pitt el honor de ser el Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla al frente de los Tercios de Flandes en Empel?

La Kultura española es la única cultura en el mundo que aborrece y reniega de su propia grandeza, que juzga acontecimientos y personajes de hace siglos con la mentalidad de nuestros días

Parece que le estoy viendo diciéndole al holandés aquello de “Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos”.

A James Cameron le vamos a dar la oportunidad de rendir Granada, ¿qué os parece?

Quizá Cate Blanchett y Russell Crowe sean los elegidos para custodiar las llaves de la ciudad entregadas por el derrotado Boabdil como Reyes Católicos.

Y para el papel de Agustina de Aragón necesitamos a una mujer cuya mirada haga temblar a las piedras, sólo así podrá ser realista la escena de la defensa con artillería en la Puerta del Portillo de la muralla de Zaragoza. Quizá Uma Thurman.

Y ahora nada, ya pueden abrir los ojos y dejar de soñar.

La Kultura española es la única cultura en el mundo que aborrece y reniega de su propia grandeza, que juzga acontecimientos y personajes de hace siglos con la mentalidad de nuestros días y ese estúpido y plomizo discurso de superioridad moral del cateto que no entiende nada.

Así que si vas a ir hoy al cine que sepas que echan la última de Almodóvar, probablemente vaya de un cura fascista que esconde su homosexualidad en el convento, con un hijo secreto que se ha hecho trans en la noche de Madrid donde conoció al nieto valiente de un soldado republicano asesinado por Franco del que se ha enamorado.

Disfrútenla… pero no me llamen porfa.