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EDITORIAL

Sánchez perdió un debate que Pablo Casado no supo gestionar y aúpa a Vox y Cs

El presidente y líder del PSOE sucumbió con estrépito en su primer debate electoral, pero a pesar de quedar malherido, no está políticamente muerto.

Sánchez perdió un debate que Pablo Casado no supo gestionar y aúpa a Vox y Cs

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Sánchez perdió con estrépito su primer debate electoral, pero a pesar de quedar malherido, no está políticamente muerto. Probablemente ello se explica, más que por méritos propios, por la inasistencia forzada de Vox -una lástima-, la apuesta por la moderación del PP, la complicidad de Podemos y la soledad de Ciudadanos frente al PSOE.

Sorprende especialmente en el PP, y más aún en un político como Pablo Casado, buen comunicador y experto en tertulias mucho más difíciles por la inexistencia de unas normas mínimas que, en estos formatos electorales, sí está reguladas, al menos en una cadena pública.

La remontada

Si Casado adoptó esa postura de manera voluntaria, como anticipo de un cambio de estrategia que hoy se verá en el debate definitivo, tiene explicación. Pero si no es así e incurre de nuevo en la insólita condescendencia con el PSOE, tendrá muy difícil remontar el resultado que indican las encuestas.

Sánchez perdió, pero Casado desaprovechó una oportunidad que alimenta a Vox y a Cs en sus expectativas

Mejor estuvo Albert Rivera, que sí entendió lo que está en juego y no habló para convencer a los que jamás le votarán, sino para perfilar las intenciones de Sánchez en el ámbito más delicado de cuantos están sobre la mesa y sobre el que más deben pronunciar los líderes políticos antes del 28A: sus intenciones con Cataluña.

Retratar a Sánchez

Quedó claro que Sánchez no quiere dar detalles, lo que avala los peores presagios y obliga a todos a intentar retratarle definitivamente hoy. Un candidato que no es capaz de aclarar siquiera si concedería o no indultos, no resulta ni mínimamente creíble cuando intenta distanciarse de los mismos independentistas que le llevaron una vez a La Moncloa.

Es de desear que hoy, tanto Casado como Rivera, sean capaces de radiografiar públicamente a Sánchez en este asunto, en el de su tesis y en el de sus pactos a futuro, para que nadie vaya engañado a las urnas y tenga claro que solo hay dos opciones, por mucho que el PSOE intente camuflarlo: o PP, Cs y Vox; o el PSOE con Podemos y los soberanistas. Que nadie se queje luego.