Telemadrid ficha al Director de Informativos de la Televisión extremeña de Vara
La tensión interna en Telemadrid no deja de crecer y amenaza tormentas futuras. Fichajes y exclusiones son la punta de un iceberg de un pulso tal vez mayor.
Las aguas vienen revueltas en Telemadrid, tras una legislatura que comenzó con placidez y ha terminado con tormentas internas y quejas políticas por el sesgo de la cadena pública. Y la última decisión de la dirección, probablemente las agite más.
Porque José Pablo López, director general de la cadena autonómica, ha decidido fichar al desconocido Manu Pérez para presentar su telenoticias estrella, en el prime time: hasta ahora era el Director de Informativos de Canal Extremadura, el ente público que más respalda al presidente de aquella Comunidad, el socialista Guillermo Fernández Vara.
Para entenderlo, según fuentes internas de Telemadrid, es como al llegar el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez hace un año, hubieran puesto a presentar el Telediario de prime time "a Alfredo Urdaci", muy marcado por su etapa en la Corporación en los tiempos de Aznar en Moncloa.
La polémica interna y política en Telemadrid no ha dejado de crecer y anuncia tormentas a corto plazo
El nuevo fichaje fue en 2015 aupado a la jefatura de la información del canal extremeña. Ahí comenzó su andadura, que fue estable al lado del socialista Guillermo Fernández Vara durante 4 años. El dirigente, tras sustituir a José Antonio Monago, situó a la televisión pública como uno de los primeros objetivos estratégicos, como es costumbre en casi cualquier Gobierno.
Pérez sustituye a Javi Gómez, cuya salida no ha tenido una explicación oficial pero sí una despedida del propio presentador, alabando a Telemadrid y defendiendo el trabajo realizado hasta ahora, aplaudido por unos y muy contestado por quienes, fundamentalmente en los partidos de centroderecha, han venido criticando el supuesto sesgo a la izquierda de la cadena autonómica.
La incorporación del nuevo presentador, solvente en pantalla pero desconocido por completo para el gran público madrileño, se contextualiza en otros dos detalles que, según le consta a este Topo, han agudizado la indignación interna en Telemadrid y sorprendido al que puede ser el próximo Gobierno de la Comunidad de Madrid.
De un lado, la incorporación de una cara nada familiar para el espectador madrileño coincide con la indiferencia o marginación de otros rostros muy populares en la casa, algunos de los cuales siguen en plantilla pero no salen en pantalla y otros ya no están allí pero forman parte de su historia: desde Santi Acosta hasta Víctor Arribas, por citar dos ejemplos emblemáticos que lograban grandes audiencias, han sido apartados o no se cuenta con ellos.
Críticas al supuesto sesgo editorial
De otro, acelerar contrataciones cuando está a punto de conformarse un nuevo Ejecutivo autonómico no suele ser muy habitual y parece indicar prisas por cerrar la programación antes de que se constituya ese Gobierno, cuya presidenta potencial, Isabel Díaz Ayuso (PP), ha sido en el pasado muy crítica con la línea editorial de Telemadrid.
Que tampoco gusta nada en VOX, presentado habitualmente como partido de ultraderecha, ni convence en Ciudadanos, paladín del fin del aguirrismo televisivo pero preocupado por un viraje igual de criticable al lado opuesto.
La casa y su máximo responsable, que necesitó y recibió el permiso de la Consejería de Hacienda para contratar a Manu Pérez, siempre se ha defendido de esas críticas apelando a la pluralidad que dice aplicar en sus contenidos, sobre los que también puede haber novedades a corto plazo.
Aquí hay (más) tomate
En los pasillos de Telemadrid se cree que, muy pronto, se presentará un nuevo programa de debate, quizá moderado por otro nombre célebre, una especie de La Sexta Noche autonómica tras un intento fallido inicial que comandó el hoy saliente Javi Gómez.
Mientras, la gran apuesta del ente seguirá provocando escozor a quienes, dentro y fuera, no entienden que la estrella de la programación en una televisión pública sea un programa del corazón, en prime time, cuyo nombre se inspira en uno de los mitos de la llamada telebasura -justa o injustamente- de los años 90: Aquí hay madroño. Seguiremos pues, husmeando a la espera de novedades. Que alguna habrá, quizá de carácter sindical. Ahí lo dejamos.