La investidura de Ayuso en Madrid frente a las vacaciones de Sánchez en Doñana
El PP y Cs se anotan un éxito en Madrid y dejan la imagen del verano: ellos trabajando para coronar un acuerdo mientras el líder del PSOE fracasa y se va a descansar.
Isabel Díaz Ayuso corona este miércoles su investidura nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, la tercera mujer que alcanza uno de los puestos más poderosos del país tras Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. Eso en sí mismo es un mensaje para algunos partidos que se intentan arrogar la causa femenina pero nunca ponen a una mujer a la cabeza de su cartel electoral.
El otro mensaje es el contraste entre Ayuso y Sánchez, ciertamente llamativo: la una logra su investidura y está en Madrid a mediados de agosto para lograrla. El otro fracasó en su primer intento y, lejos de reanudar rápido el trabajo para invertir la adversidad, se ha marchado de vacaciones.
La comparación es evidente, y el beneficio para el PP y en concreto para Pablo Casado, también: Madrid y Murcia, los dos pactos más espinosos desde el 26M, se han saldado con éxito, y la sensación de que el entendimiento entre populares, Ciudadanos y Vox será más sencilla en el futuro se ha asentado. Incluso entre sus furibundos detractores.
Que son muchos y no pocos de ellos han intentado frustrar el acceso de Díaz Ayuso a la Puerta del Sol, en un presagio del infierno que le espera: ni sus contrincantes ni buena parte de los medios le van a dar tregua alguna, lo que unido a la siempre compleja convivencia entre dos socios de coalición y a la presión externa de un tercer partido dibuja un paisaje ciertamente complicado.
La herencia
Por eso Ayuso, a quien se ha querido presentar como una frívola abonada a las insensateces, ha de estar activa desde el primer momento y tener la habilidad para encarnar lo mejor de la herencia popular en Madrid, que es mucho, y desechar lo peor y a los peores.
Iniciar ese viaje sabiendo que la Comunidad es el gran motor de España y teniendo por socio a Ciudadanos debiera ser suficiente para, por el bien general, alcanzar el objetivo con acierto.