Verano de nervios en Prisa: Anticorrupción estrecha el cerco y 'El País' patina
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Verano de nervios en Prisa: Anticorrupción estrecha el cerco y 'El País' patina
Como en los mejores tiempos de los culebrones internos tras el fallecimiento del patriarca Polanco, Prisa está viviendo un verano 'tórrido', y no precisamente por la parte más ligera del término. Lo que no consiguieron otros fiscales va camino de lograrlo García Castellón (Anticorrupción): sentar en el banquillo al presidente de Prisa, Javier Monzón. Y, quién lo diría, por la presunta caja B del PP de Madrid.
¡Cosas veredes, amigo Sancho! Lo de Monzón en Indra tiene pinta de dar para una saga. Y mientras, en el Consejo de Administración de Prisa, ya hay quienes preguntan por qué tienen que comerse el 'marrón' de la gestión de su actual presidente (no ejecutivo) en otra empresa. Conociendo cómo las gastan ahí, algunos ya deben estar afilando los cuchillos. Por si corre el escalafón.
Ese buzón
Con estas preocupaciones, se comprende que algunos hayan apartado la vista de la gestión de Soledad Gallego-Díaz al frente de 'El País'. El tuit de esta semana incitando a denunciar casos de violencia de género a través de un buzón del periódico es, cuanto menos, incalificable, y más con una cuestión tan sensible como esa.
La cabra tira al monte, dicen. Gallego-Díaz ya lo hizo ejerciendo de palmera de Carmena en la SER y otros adláteres
El asunto quedaría como una mera anécdota de mal gusto, a medio camino entre la frivolización y el interés mercantilista, si no fuera porque marca el ejemplo del proceso de radicalización ideológica al que ha sometido Gallego-Díaz 'El País' desde hace un año.
Gallego quiere volver a situar al periódico como la Biblia de la izquierda en papel (tarea difícil, más que nada por los tiempos que corren). Y para ello explota todos los 'mantras' de la Vulgata 'progre'.
La cabra tira al monte, dicen. Gallego-Díaz ya lo hizo ejerciendo de palmera de Manuela Carmena en la SER y otros adláteres.
Pero no se preocupan, que si lo de García Castellón va para adelante, el periódico de Prisa y su directora van a tener otras preocupaciones.