El PSOE no puede estar a la vez con la Constitución y en pactos con Torra
Es imposible saber lo que hará el PSOE con Cataluña, aunque Sánchez ha dado sobradas pistas de que siempre será lo que a él, personalmente, más le convenga.
El PSOE envió este domingo a dos ministros -Ábalos y Borrell- y al líder del PSC, Miquel Iceta, a la manifestación constitucionalista de Barcelona organizada por Sociedad Civil Catalana, marcada por el éxito de participación de público y partidos y el único lunar de la exclusión de Vox.
Que Iceta hiciera lo imposible por no retratarse junto a PP y Ciudadanos resumen en una imagen el indignante equilibrismo en el que se mueven los socialistas de unos años para acá, intentando hacer virtud de una supuesta equidistancia que, en la práctica, les lleva a sostener lo uno y lo contrario en función de sus intereses coyunturales.
Así, vemos ahora a Pedro Sánchez intentando ser el máximo garante de la Constitución, cuando en realidad nadie como él ha blanqueado tanto al independentismo desde 2015, hasta el punto de convertirle en el influyente trampolín de su llegada a La Moncloa con una moción de censura que no hubiera prosperado sin los votos del separatismo.
El PSOE es imprevisible con Cataluña y solo da una pista lamentable: hará siempre lo que le venga bien a Sánchez
O al mismo secretario general del PSOE apoyando el 155 o amenazando con él a la vez que, en un viaje retórico siempre incierto, se avala la idea de que España puede ser una "nación de naciones" o una especie de federación inconcreta que, en todo caso, siempre acaba legitimando las alocadas aspiraciones rupturistas de los mismos.
Y lo mismo sucede con Iceta, que impulsa pactos con Puigdemont y Junqueras en cuarenta municipios catalanes o gobierna la Diputación de Barcelona con ellos mientras, al mismo tiempo, intenta pasar por muro de contención de todos ellos.
Al final, la política del PSOE es imprevisible en el asunto capital de la política española, más decisivo aún que la economía y de unas profundas consecuencias a corto, medio y largo plazo. Simplemente, es imposible saber qué hará Sánchez en función de las circunstancias y necesidades, aunque un simple repaso a su trayectoria permite adivinarlo: lo que le convenga. Y eso debiera ser razón suficiente para que los ciudadanos evitaran con su voto darle esa posibilidad.