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La famosa periodista que pide "permiso" a Montero para acostarse con su marido

La ley de la Ministra de Igualdad ha desatado una tormenta de llantos y risas. Y la mejor respuesta, tal vez, se la da sin pelos en la lengua esta famosa cronista.

La famosa periodista que pide "permiso" a Montero para acostarse con su marido

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Que el anteproyecto de Ley de Libertad Sexual de Irene Montero ha provocado una mezcla de ndignación y rechufla lo sabe todo el mundo. España ya se toma muy en serio la lucha contra las agresiones sexuales, bastante más incluso que la Ministra de Igualdad, partidaria de abolir la prisión permanente revisable para delincuentes de este tipo.

Lo que provoca enfado y carcajadas a partes iguales es esa intención de, amén de combatir los delitos sexuales, meterse en la intimidad de todo el mundo y convertir las relaciones íntimas en algo así como ir al notario a dar fe de que se cuenta con los oportunos permisos reglamentarios.

Y quien mejor lo ha definido todo ha sido una periodista, Isabel Rábago, autora de un blog en el ESchismógrafo de ESdiario y cara habitual en distintos programas del corazón de Mediaset, con Telecinco y sus "Sálvames" a la cabeza.

La "Primera Dama"

Ojo al tremendo tuit que la cronista se ha marcado, resumen sintético de lo que tantos han entendido en la kafkiana propuesta de la Primera Dama de Podemos, convencida sin pudor alguno de que es la primera persona de España que se preocupa al parecer por las mujeres.

La retranca de Isabel Rábago define muy bien esa parte de la ley que casi todo el mundo, incluyendo a buena parte del Gobierno, considera una intromisión tremenda en las relaciones personales, de repente criminalizadas con la excusa de frenar los abusos: ya corren por las redes formularios de todo tipo para rubricar el consentimiento. Algunas de ellas bien divertidas:

Desde un formulario fake del Ministerio de Igualdad para legalizar los contactos íntimos y obtener o conceder el consentimiento; hasta supuestas convocatorias públicas de la propia Irene Montero para firmar permisos a todo aquel que quiera mantener contactos sexuales sin temor a las represalias.

La capacidad de Podemos de dramatizarlo todo para poner al frente de las mejores causas es inmensa; pero inferior a la de tomárselo a cachondeo por parte del respetable. ¿En qué acabará todo esto? Probablemente en una ley distinta, dentro de un año, corregida por el propio Gobierno. Mientras, sonrisas y lágrimas a partes iguales.

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