Elisa Beni ve "fachas" ya en la España que aplaude cada día en los balcones
La periodista activa la "alerta antifascista" tras escuchar en su vecindario a alguien poner "El novio de la muerte" en su balcón. Y pasa lo siguiente.
El coronavirus ha minimizado los daños de las tertulias televisivas, en ligera capa caída por aquello del confinamiento. Nos estamos ahorrando un buen número de opinión precipitadas, de prejuicios ideológicos incompatibles con los hechos y de diatribas vacuas que no ayudan en nada a la ciudadanía a comprender lo que sin embargo padecen.
No compensa desde luego el drama sanitario, pero plantea a futuro una pregunta, cuando todo pase, sobre los contenidos y los protagonistas de tantos espacios de debate presa, de un largo tiempo para acá, de portadores de soflamas antes que de argumentos, de cuentistas de relatos políticos antes que de documentos y datos que corroboren sus peroratas. A un lado y otro del espectro editorial.
Deja ahí El Retuitero su reflexión, mientras indaga como cada día en las joyitas que nos deja Twitter, sin demasiados juicios por su parte, seleccionando lo más granado de la jornada para que cada cual saque sus propias conclusiones. A falta de pantallas televisivas, lo cierto es que la red social se ha convertido en una mezcla de evacuatorio, diván y ring para muchos.
No decimos que sea el caso de la tertuliana Elisa Beni, icono de la izquierda mediática, dotada de un timbre de voz que pone a prueba los tímpanos más acostumbrados al volumen excesivo y propietaria de una boquita no apta para públicos con dolencias pericardiacas.
Suya ha sido la bomba del día, en formato de tuit que, no nos demoremos más, preferimos soltar a bocajarro para aplaudidores de toda laya, que desconocían hasta ahora hasta qué punto podían estar haciendo política con el humilde y desprendido gesto de aplaudir a las 20h a los heroicos sanitarios españoles:
Donde muchos vemos a gente agradecida por el sacrificio de médicos y enfermeras, en unas condiciones de desprotección indecentes que justificarían la apertura de diligencias judiciales en el Ministerio de Sanidad; la analista percibe el incipiente movimiento político de la ultraderecha.
Ni siquiera le conforta que la réplica al cántico objeto de la activación de su alerta antifascista sea un himno partisano. No, Beni se erige en custodia de las esencias balconiles de España e intérprete de las palmas: aunque la muestra recopilada sea mínima, es representativa de lo que significa para todo el país. Porque ella lo dice, ella lo sabe... y punto.
Quizá esta respuesta haya sido la más elegante y elocuente de las recibidas, lo que deja en el aire la sensación de que, quizá no aplaudamos correctamente cada día, pero a tuitear réplicas inteligentes, y no solo mamarrachas, no nos gana nadie.