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Atacar a Ayuso para salvar a Sánchez

La diputada popular contrasta la gestión de la Comunidad de Madrid con la del Gobierno de España y, por contra, la campaña de ataques o de auxilio que padece cada uno.

Isabel Díaz Ayuso y Pero Sánchez

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La situación de Salvador Illa, el hombre de Miquel Iceta en el gobierno de Pedro Sánchez, es insostenible. Sobre él descansa la responsabilidad de no haberse tomado en serio las decenas de advertencias que la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea lanzaron desde enero a los distintos países para adoptar medidas de distanciamiento social, evitar eventos masivos y hacer acopio de material sanitario para los profesionales.

Pero también es su ministerio el responsable de haber comprado una partida de 659.000 test fraudulentos a una empresa china que no tenía licencia, o de haber surtido a los sanitarios con mascarillas defectuosas, lo que ha podido costar vidas. Especialmente de los médicos. Por eso no sorprende que los sanitarios hayan estallado contra el ministerio.

La Confederación Estatal de Sindicatos Médicos y el Consejo General de Enfermería han anunciado ya sendas querellas contra el ministro y sus colaboradores, por la comisión de un presunto delito contra los trabajadores, recogido en el artículo 316 de nuestro Código Penal. El Consejo de Enfermería se querella además por imprudencia grave con resultado de lesiones o muerte.

Los Consejos Generales de Colegios Oficiales de Dentistas, Farmacéuticos, Fisioterapeutas, Podólogos y Veterinarios también han alzado la voz contra el gobierno, al que exigen les dote del material de protección necesario para cumplir con su trabajo. Y que éste sea homologado.

Por otra parte, exigen la realización de test a todos los profesionales sanitarios, así como al máximo posible de ciudadanos. Porque, sostienen, “no vamos a ser capaces de disminuir el impacto por el SARS-CoV-2, si no somos capaces de conocer el estado de los que trabajan en primera línea, sus riesgos de infección, su riesgo de potencial agente de contagio, y su estado inmunológico”. Denuncian que el gobierno no cuenta con ellos para nada.

Y es que, critiquen lo que quieran desde el gobierno, si España está hoy confinada, sin test masivos ni mapa de prevalencia es por la responsabilidad de Pedro Sánchez, el pirómano que prendió el fuego del COVID-19, como me recuerda siempre mi compañero de escaño, el doctor Raboso. Por más que ahora Pedro Sánchez pretenda diluir las responsabilidades. Porque exactamente en eso están ahora. En la mutualización de su grave negligencia.

Por más que ahora Pedro Sánchez pretenda diluir las responsabilidades. Porque exactamente en eso están ahora. En la mutualización de su grave negligencia.

Los furibundos ataques contra Isabel Díaz Ayuso, objetivo a batir por la izquierda, tienen como fondo la contraposición de dos modelos de gestión. Mientras la Comunidad de Madrid no sea socialista, los españoles tendrán una alternativa a Sánchez e Iglesias en la que mirarse.

Una alternativa de bajos impuestos y pocas imposiciones que puede presumir de tener los mejores servicios públicos de España. De la Sanidad a los transportes. Algo que el socialismo de los años 80 jamás imagino que sucedería. Pero, de la mano de Alberto Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, sucedió. De ahí que para atacar a Díaz Ayuso todo valga.

Además, la izquierda, con ese sustrato machista que la impregna, trató de presentarla ya en campaña electoral como a una “niña tonta” que no sabía lo que decía. Y la “niña tonta” ha demostrado a los españoles durante esta crisis que es mucho más madura, responsable y decidida que todos ellos juntos. Isabel Díaz Ayuso ha demostrado que es una líder política.

Que además quiere que los madrileños también sean líderes. Cada uno de su vida. Por eso, precisamente por eso, hay que liquidarla. Algo que se ha visto hoy en la sesión de control al gobierno de la Asamblea de Madrid.

Jacinto Morano, portavoz de Podemos, en ausencia de su portavoz Isa Serra, condenada por daños, lesiones y atentado a 19 meses de prisión, pidió medicalizar las residencias y tuvo una intervención de corte institucional. Actualmente hay un total de 204 residencias medicalizadas, las 25 públicas y 179 privadas.

Las mentiras de Más Madrid

Gómez Perpinyà, jugador del FIFA en la Play y portavoz de Más Madrid, salía ayer a la palestra en Twitter diciendo, ante la suspensión del pleno telemático del 23 de abril por problemas técnicos (que ciertamente abochornarían a cualquiera), que la presidenta no quiere dar la cara. Sabe perfectamente el amigo de Iñigo Errejón que el Partido Popular quería que los plenos fueran presenciales. Mentía, pues, a conciencia. Pero la mentira, decía Lenin, es revolucionaria. Y Más Madrid, cada vez más a la sombra del PSOE, es el partido de los revolucionarios de salón.

Su intervención en la Asamblea de Madrid del día 24 no fue más que un compendio de mentiras, que se podrían haber resumido en los cobardes vídeos sin firma que la izquierda ha estado tratando de viralizar en redes estos días. Perpinyà atacó la colaboración público-privada; volvió con la mentira de recortes en Sanidad que jamás se han producido en el Madrid que construyó de la mano de Esperanza Aguirre 12 hospitales y 90 centros de salud; incluso repitió la mentira de la responsabilidad de la presidenta en los fallos técnicos de la Asamblea. Es el partido de la Play, pero no de la responsabilidad y la verdad.

Ángel Gabilondo, portavoz del PSOE, hizo un llamamiento a la unidad que persigue también con ahínco Pedro Sánchez, quien abrió el melón con sus ya fracasados “Pactos de la Moncloa”, que fueron reconvertidos por Pablo Casado en lo que tenían que ser: una comisión parlamentaria de recuperación. Gabilondo pidió a la presidenta que abriera “espacios de colaboración institucional”. Un guante que Díaz Ayuso recogió ofreciendo diálogo a todos los grupos políticos que quieran aportar soluciones para la recuperación.

¿Y Cs?

Me preocupa que Ciudadanos, de la mano de Inés Arrimadas, caiga en la trampa que le ha tendido la izquierda. Sería una pena que esos Ciudadanos que nacieron en Cataluña para defenderse de las imposiciones del populismo nacionalista catalán, acaben escuchando cantos de sirena y sucumbiendo al del populismo socialista.

Porque hoy por hoy, el PSOE es socio de Podemos y se sostiene gracias a ERC y como se llame ahora el invento del fugado Puigdemont, antes partido del 3%. Lo demás, literatura y ganas de querer creer.

Visto el Pleno hay que pedir a la oposición dejar los partidismos de lado, también en Madrid. Porque, como advirtió Isabel Díaz Ayuso ya los primeros días de crisis, todos juntos, venceremos.