Herrera y Gabilondo libran un combate con Ayuso y Sánchez de protagonistas
España se ha polarizado con el coronavirus y los defensores de Sánchez intentan convertir a Ayuso en culpable. Este pulso en las ondas resume ese combate.
Que España está polarizada contra o a favor del Gobierno como pocas veces es una obviedad: basta con ver cómo reaccionan unos y otros a las caceroladas. Los que participan en ellas lo hacen con entusiasmo. Pero los que las rechazan, lo evidencian con vehemencia.
Dos nombre simbolizan ese antagonismo: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Al primero le señalan todos los que piensan que la pandemia está teniendo unos efectos desmedidos por su negligencia e imprevisión. Y a la segunda quienes, para proteger a Sánchez, intentan cargarle el muerto a ella y no dejan de buscar "escándalos" para justificar esa postura.
Las dos posiciones tienen eco en los medios de comunicación, pero quienes quizá mejor encarnen ambas sean dos vacas sagradas del periodismo radiofónico, amigos en lo personal y bien distintos en lo profesional: el tótem de Prisa, Iñaki Gabilondo, y el icono de Cope, Carlos Herrera.
Unidos por el amor a su profesión y por amigos comunes incontables, entre ellos la fallecida Paloma Tortajada como escudera de ambos en distintas etapas; han coincido este lunes en sus monólogos para sostener cosas bien distintas.
El monólogo de Herrera ha sido especialmente demoledor: " Importa poco que Madrid sea la primera víctima de la negligencia de Sánchez: fue él quien permitió vuelos hasta el 10M, quien dejó fronteras abiertas hasta el 17M y quien toleró cientos de aglomeraciones para no molestar a Irene Montero suspendiendo el 8M. Pero ahora se trata de hacer olvidar esa irresponsabilidad y prepararse el terreno", presentó su tesis.
Para rematarla destapando el juego de Sánchez: "Lo que pasó es culpa de Ayuso. Y cuando mejore, mérito de Sánchez. Y si no mejora, culpa de Ayuso también por pedir pasar de fase. Y entre medidas, a ver si la gente se olvida de quién miró para otro lado, provocó este espanto y guardó en el cajón un nuevo informe, fechado a 10 de febrero, donde Sanidad ya reconocía el peligro del COVID y confirmaba que a menos de dos metros de distancia era muy contagioso. Pero había que volver “sola y borracha” a casa".
La "respuesta" de Iñaki
No dirigió su monólogo a Herrera directamente, pero Gabilondo parecía haberle escuchado cuando dedicó su videoblog en la Cadena Ser al mismo asunto, pero con un enfoque bien distinto: liviano con Sánchez... y duro con Ayuso y el PP en general.
"Nada refuerza más a Pedro Sánchez que imaginar en la Moncloa al PP de Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo e Isabel Díaz Ayuso, es decir, al PP más pequeñito. Hay otro PP posible, ya lo sabemos: la crítica civilizada del alcalde de Madrid, Martínez Almeida, o la de Ana Pastor, o la de Alberto Núñez Feijóo lo demuestra, pero el presidente popular ha preferido ir a las cruzadas con Abascal".
Herrera tiene claro quién es el responsable, mientras Gabilondo intenta salvar a Sánchez culpando incluso a quien no gobierna
Para rematar su postura con otro mandoble al PP que, en el caso del Gobierno, brilla por su ausencia: "La oposición ha dispuesto de una amplia diana para disparar sus dardos, pero lo está haciendo de la peor manera posible: con el puro tacticismo de Casado, con la frialdad heladora de la espectral Cayetana Álvarez de Toledo, siempre encerrada en su minúsculo gran mundo y con la inaudita ligereza Díaz Ayuso, que se atreve a erigirse en cancerbera crítica del Gobierno cuando ella, en hechos y en dichos, es una antología del disparate.
Ni una mención a la desproproción de muertos de España con el resto del mundo, ni a los informes ocultados, ni a la fata de transparencia ni a todo eso que Herrera sí resumió con una contundente sentencia:
"Tenemos un presidente que se vanagloria. Y que en realidad está haciendo una confesión: fue tan grande el contagio masivo que alimentó en marzo, que de no habernos encerrado en casa quizá hubiéramos llegado a esa cifra de 300.000 muertos y 30 millones de infectados. El mérito es de la gente, por someterse a este arresto domiciliario sin parangón en el mundo", concluyó.