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Pablo Iglesias amplía el chalet en Galapagar: también tiene ya una gran cloaca

Desbordado en el Congreso y en los juzgados, el vicepresidente y líder de Podemos ha perdido su gran argumento: el mal olor venía de sí mismo, y no parece tener perfume suficiente.

Pablo Iglesias, este miércoles en el Congreso

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El juez Manuel García Castellón ha empezado a documentar la cloaca que denuncia Podemos, pero no como querría Podemos: si la hay, está en casa de Pablo Iglesias. Que también es normal: con lo grande que es su mansión serrana y lo lejos que está ya de Vallecas; le cabe piscina, casa de invitados, caseta para el servicio, campo de golf, tal vez checa y, desde luego, cloaca.

Recordarán que Iglesias, nerviosito como pocas veces este miércoles en el Congreso, presentó el robo del móvil de una colaboradora suya y la publicación posterior de alguno de los mensajes guardados -el de “azotaría a Mariló Montero hasta sangrar”- como una prueba de la existencia de una conspiración galáctica contra Podemos. Que justifica, ahora como vicepresidente, todos los excesos liberticidas que quiera perpetrar.


Pues bien, el magistrado ha constatado ya que Iglesias tuvo una copia del contenido de ese teléfono antes de que nadie publicara nada. Que no se lo dijo a su asesora, esa Dina Bousselham que ahora dirige ese panfleto digital de Podemos llamado La Última Hora. Y que guardó y ocultó el contenido “entre cinco y 39 meses” a saber con qué objetivo.

El algucacil alguacilado, el pastor que va a por lana y sale trasquilado, tras cimentar todo su mensaje político en las últimas Elecciones Generales en la existencia de una cloaca conspiranoica que conocía muy bien porque era suya: el mismo que, al ser ahora pillado con el carrito del helado, va denunciando Golpes de Estado en ciernes a ver si así se olvida el gentío de sus abusos.

Éste es Pablo Iglesias. El que denuncia a los “ricos” mientras vive como Rockefeller. El que va de demócrata mientras aplaude a Fidel Castro. Y el que denuncia la cloaca mientras él y lo que rodea es la peor de ellas, parafraseando de mala manera a Bécquer:


¿Qué es cloaca?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul.

¿Qué es cloaca? ¿Y tú me lo preguntas, Pablito?

Cloaca... eres tú