La respuesta de Cayetano Rivera y Sánchez Dragó al antitaurino Lewis Hamilton

Que los toros son bastante desconocidos e incomprendidos en el mundo anglosajón es tan cierto como que, en los latinos, no se entiende muy bien la tan inglesa caza del zorro. Pero es menos habitual que un icono del deporte como Lewis Hamilton arramble con tanta dureza, y no poca ignorancia, contra la Fiesta Nacional.

Ni los líderes de Podemos más antitaurinos, ésos que incluso quieren prohibirlos, han llegado tan lejos como el campeón de la Fórmula 1, autor de un mensaje que presenta a España como un país que enseña a niños de 14 años a "torturar" animales:

"Esto es realmente asqueroso", denunció el piloto en una historia en su cuenta de Instagram, con un durísimo mensaje que a no pocos ha dejado anonadados en el que pedía, directamente, la prohibición de las corridas de toros en España y solicitaba la firma de sus seguidores para lograrlo.

"A los niños en España se les enseña a torturar y a matar toros a la edad de 14 años. Pedimos al Ministerio de Educación de España que clausure inmediatamente las escuelas de tauromaquia. Puedes ayudar compartiendo esta petición", peroró el seis veces campeón mundial.

Explicarle que, gusten o no, los toros son otra cosa, tan criticable con argumentos como dignos de respeto, seguramente resultaría un esfuerzo inútil: quienes solo ven en ellos una tortura alevosa de psicópatas vestidos de luces, jamás podrán ser convencidos. Aunque alguno lo ha intentado, como el torero Cayetano Rivera Ordóñez, autor de una réplica muy celebrada:

No ha sido el único en responder al deportista, muy implicado también en la cruzada antiracista vigente en Estados Unidos, hasta el punto de haber sustituido su imagen en las redes sociales por la de un puño en alto de color negro. Ojo al zasca del escritor Fernando Sánchez Dragó, más contundente que el de Cayetano Rivera:

Por último, no han faltado referencias en la red social a una circunstancia en la que parecen no recaer ni Hamilton ni algunos animalistas, tan detractores de la tauromaquia como silenciosos cuando, una vez al año, se reproduce el sacrificio más sangriento y masivo, con fines rituales, de todo el planeta. A plena luz del día y con niños participando: