El perturbador recuerdo de Zapatero acecha a Sánchez y atrapa a Iglesias
Sánchez parece poseído por el expresidente, que también ha transformado a Pablo Iglesias en su correa de transmisión. Y todo ello en el peor momento para jugar con fuego en España.
El último capítulo del “Manual de Resistencia” parece que se está escribiendo estos días en alguno de los despachos anexos a Pedro Sánchez. Ya se sabe, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Como tampoco vale de nada poner el “piloto automático” en un avión en medio de un vuelo con graves turbulencias.
España afronta un horizonte temible. Quizá el de mayor dramatismo de su historia reciente. Y con un presidente del Gobierno que va de sobrado y vive empeñado en una eterna huida hacia adelante: mucha propaganda, demasiadas dosis de sectarismo, ninguna afinidad con la verdad... La realidad, simplemente, es aquella que marcan los guionistas presidenciales. Relatos.
Fíjense, por ejemplo, en esa tremenda radiografía del Banco de España adelantándonos el escenario que se nos avecina. Mientras Sánchez anunciaba este miércoles como prioridades para el mes de julio la reactivación de la mesa de negociación con los independentistas y una nueva ley de Memoria Histórica para arrebatar medallas a policías franquistas ya fallecidos o ilegalizar fundaciones marginales, los prestigiosos economistas del banco supervisor sumían a los españoles en un frío baño de realidad.
La caída
Hablamos de unas previsiones económicas que quitan el sueño. Aunque, por desgracia, son muchos los ciudadanos que ya sufren la crisis y no logran dormir desde hace semanas por sus efectos. Nuestro PIB no se recuperará hasta 2022 y la deuda pública -esa que pagarán durante décadas nuestros hijos y nietos- alcanzará la cifra del 115%.
Pues bien, así las cosas, Pedro Sánchez anda enfrascado en sus guiños a los iluminados Quim Torra y Oriol Junqueras. Igualmente, en el pago de sus facturas revisionistas a Podemos, PNV y Bildu. El líder socialista, pese a lo que estamos viviendo y lo que queda por llegar, continúa abstraído en ese juego de azar llamado “geometría variable”, que en muchos momentos parece una siniestra “ruleta rusa” con la pistola apuntando a la sien del futuro de millones de personas.
Por si eso no bastase, la factoría de Iván Redondo ha pergeñado una nueva maniobra de entretenimiento. Ahora se trata de distraer haciendo cómplices al PP y a Cs de las políticas gubernamentales. A Inés Arrimadas, con un trato de “nuevo socio” mientras se sigue apostando sin disimulo alguno a la “baraja Frankenstein”.
Los susurros
Y a Pablo Casado, con una gran oferta de pacto de Estado para que el PP apoye unos presupuestos sostenidos sobre todo aquello que siempre ha sido anatema para su partido. A la vista del devenir político de estas horas, parecería que fuese Zapatero, últimamente perejil en todas las salsas turbias, quien estuviera en primera línea de la estrategia del PSOE y susurrando al oído de Sánchez. Quizá sea así.
A fin de cuentas, su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, es una mera correa de transmisión del ex presidente socialista. En definitiva, un nuevo despropósito que siembra todo tipo de incertidumbres cuando justamente de lo que se trataría es de hacer lo contrario ante tan descomunal crisis económica. Historias para no dormir.