Nadia Calviño peligra para presidir el Eurogrupo y la culpa es de Sánchez
Cuando parecía un nombramiento seguro, todo se ha enfriado: puede pasar cualquier cosa, pero ahora mismo su candidatura está más fuera que dentro. Por esta razón.
¿Será elegida Nadia Calviño este jueves para presidir el influyente Eurogrupo? Lo que hace apenas dos semanas parecía probable, hoy se antoja más que complicado: salvo sorpresa de última hora, la vicepresidenta económica de Pedro Sánchez no logrará la plaza para comandar a sus colegas europeos de Economía o Hacienda, tras un viraje de los equilibrios europeos que ponen muy difícil su designación.
Hasta hace nada, su prestigio, trayectoria europea y rigor parecían suficientes para lograr al menos 10 de los 19 votos necesarios para sustituir a Mario Centeno, inquilino del cargo durante dos años y medio, periodo prescrito también para su sucesor.
Pero ahora, ni siquiera el previsible respaldo de la todopoderosa Alemania, que se daba por seguro, le garantiza el éxito frente a Paschal Donohoe, el "popular" irlandés que puede adelantarla en el último momento pese a no tener garantizados tampoco los votos de todos sus colegas ideológicos, toda vez que Grecia puede cambiarse de "bando".
¿Y cuál sería la razón de fondo de ese eventual fracaso? Antes de nada, no hay que darlo por seguro: todo puede pasar en la emocionante votación telemática que precederá a la fumata blanca, prevista en torno a las 18h del jueves.
Pero si eso pasara, como aseguran a El Topo desde distintos flancos europeos, la responsabilidad sería del propio Sánchez y de su socio Iglesias, por dos poderosas razones: nadie, de Pirineos para arriba, entiende el empecinamiento del Gobierno en no pactar nada con Pablo Casado, muy querido en países como Holanda o Austria y respetado ya en la familia popular europea.
Y muchos temen, como segunda razón, que la proclamación de Calviño fuera utilizada por Sánchez como el plácet a sus políticas económicas y laborales, en las antípodas de las que Bruselas defiende. "¿Cómo se va a permitir que se apliquen medidas contrarias a las habituales con el dinero que van a tener que poner todos los países para rescatar a España", comentan a modo de resumen.
Calviño gusta por su rigor y para frenar al populismo... pero el desprecio de Sánchez a Casado va en su contra
Calviño gustaba precisamente como dique de contención del populismo económico de Podemos.... pero muchos ven difícil que pueda ejercer de obstáculo en España si Sánchez, en lugar de acercarse a ella, traga con las imposiciones de Iglesias: el pacto con Bildu para anular la reformar laboral se entiende de esa manera.
Aunque Sánchez tienen una intensa agenda pública y privada de contactos con los líderes europeos para tranquilizarles, no está nada claro que lo consiga: todo puede pasar, cierto, pero si a estas horas hubiera que hacer una apuesta, tendría que ser doble. Calviño no obtendrá el premio... pero España sí dispondrá de un "rescate" condicionado.