La lengua como arma del nacionalismo y la persecución del castellanohablante
El nacionalismo ha elegido la lengua como trinchera y el Gobierno es incapaz, por su debilidad, de poner freno a ese peligro que añade problemas a un paisaje ya trágico.
Hace unos días que falleció uno de los escritores españoles que más huella han dejado en la generación que hizo la transición en la década de las 80: Juan Marsé. Su obra “La Ronda del Guinardó”, especialmente , me dejó un sabor agridulce en su magistral descripción de la sociedad española de la postguerra.
Y concretamente en una Barcelona que intentaba cerrar heridas, pero lo importante de este autor ha sido su posicionamiento político de hombre de izquierdas que rechazó el adoctrinamiento del partido comunista y que consideró que su bilingüismo militante le hacía soñar en español y el catalán era el idioma de su intimidad , perfecta simbiosis de sentimientos que reflejaba lo que muchos españoles sentimos en los territorios donde tenemos dos idiomas propios.
El ejemplo de Juan Marsé es el que están intentando destruir los nacionalismos excluyentes, que desde una falsa superioridad moral, están trabajando desde décadas en la idea que lo español debe de ser relegado de sus territorios, convirtiendo a los castellanohablantes en ciudadanos de segunda y objetivo a erradicar.
El idioma nunca puede utilizarse como elemento de enfrentamiento y así lo demostró Marsé que escribía en español y se expresaba en catalán , como le ocurre a millones de españoles en los distintos territorios bilingües , pero la izquierda en su unión contra natura con el nacionalismo, está creando un falso debate que al final se está convirtiendo en un verdadero problema para el futuro de España.
En la actualidad no existe ningún territorio dentro de España donde los ciudadanos consideren un verdadero problema el idioma que utilizan para su vida cotidiana , es más la utilización del bilingüismo es considerado como algo normalizado .
Han sido las élites políticas del nacionalismo y de la izquierda quienes han creado el problema y son las que están utilizando la lengua como elemento separador, para ello están utilizando el sistema educativo para lograr romper lo cotidiano de la calle y así convertir en invasores a aquellos que en su libertad han decidido utilizar el español en sus relaciones personales y sociales.
La libertad individual es un derecho fundamental y nunca puede ser sustituida por la idea de “libertad” impuesta desde una élite, como pretende el pensamiento comunista y nacionalista ,que rechazó de una forma tajante Marsé.
Cada ciudadano tiene derecho a decidir su lengua como ejercicio de su libertad y nunca lo colectivo puede imponerse en un asunto personal. La Administración debe de garantizar el derecho de elección y no servir como mecanismo de presión .
En España actualmente tenemos suficientes problemas sociales , económicos y sanitarios para desgastarnos en una lucha idiomática que nos lastra para poder salir del túnel en que nos está metiendo la gestión gubernamental , por eso debe la ministra Celáa en vez de perseguir la educación concertada y la educación especial , garantizar la igualdad entre las lenguas oficiales y permitir que el derecho de elección recaiga en los padres y no en la Administración o los consejos escolares.
Al Supremo
Lo que evita hacer el Gobierno , debido a su debilidad y dependencia de los nacionalismos excluyentes, lo tiene que ir resolviendo nuestro Tribunal Supremo al anular diversas disposiciones de Gobiernos autonómicos que imponen un idioma oficial sobre el otro , vulnerando el derecho constitucional al bilingüismo.
Como ha ocurrido con el decreto del Gobierno Valenciano que hacía referencia al uso exclusivo de uno de los idiomas oficiales de la Comunitat Valenciana en las comunicaciones con Cataluña y Baleares por “vulnerar la Constitución y la Ley del Procedimiento común de las Administraciones públicas”.
¿ Hay necesidad de enfrentarnos a unos ciudadanos contra otros? , tenemos el ejemplo de Juan Marsé , se puede soñar en un idioma y utilizar en la intimidad el otro , eso es riqueza cultura y es futuro lo demás es sectarismo retrógrado.