La curiosa reacción de Monedero tras sufrir un escrache en un bar de la costa
La tensión se palpa en las calles con episodios como los de Yolanda Díaz y Juan Carlos Monedero que no caen en saco roto: esto pasa a continuación con el fundador de Podemos.
Por segunda vez en 48 horas, un dirigente de Unidas Podemos ha sufrido un escrache como los que ellos mismos jaleaban, entendían o incluso impulsaban; como aquel primigenio tan recordado de Pablo Iglesias en persona contra la entonces dirigente de UPyD Rosa Díez.
Si primero fue Yolanda Díaz en Toledo, después fue Juan Carlos Monedero en Sanlúcar de Barrameda, la coqueta localidad gaditana conocida por su cercanía a Doñana, su rica gastronomía, su paisaje marítimo y fluvial y, quizá, por la promoción que de ella hace siempre el periodista Carlos Herrera.
De uno de sus incontables bares fue desalojado a gritos el fundador de Podemos, una imagen que no puede gustar a nadie que luego se escandalice cuando se lo hagan a uno de los "suyos". De igual manera que no pueden quejarse con la misma autoridad quienes, en el pasado, defendían estos excesos y los llamaban "jarabe democrático".
Esa contradicción seguramente explica la inmensa tensión que este asunto ha generado en Twitter, reflejo de la profunda división existente en la sociedad española, gracias muy especialmente a los que ahora más lamentan episodios tan desagradables y condenables como éstos... que ellos mismos han defendido e inoculado en las calles. Aunque no esperen ni de Monedero ni de los suyos reacciones autocríticas:
Al contrario, el patriarca de Podemos utiliza el episodio para ahondar en la manía persecutoria de su partido contra los periodistas, que cosecha casos tan conocidos como los de Vicente Vallés o Ana Rosa Quintana, entre otros muchos. Y llega a pedir el despido de uno de ellos de un programa, La Sexta Noche, interpelando directamente a su presentador, Iñaki López, para que lo despida.
Toda una lección de "democracia podemita", ésa que se permite todos los excesos, repudia y persigue todas las críticas... y acaba teniendo respuestas tan crueles y descarnadas como la de Liusivaya, el azote más novedoso de Podemos en Twitter, con un vídeo de nuevo demoledor:
La reciente agresión a pedradas a la diputada de Vox Rocío de Meer ha resucitado con estos esacreches, contraponiendo el silencio de los hoy vilipendiados a las furibundas reacciones que han tenido cuando los damnificados son ellos.
Otro ejemplo de esto, rescatado en las redes, fue el de Begoña Villacís, escracheada de manera muy agresiva cuando, además, estaba embarazada, algo que tampoco mereció condena alguna del hoy afligido Monedero, de frágil y selectiva memoria siempre:
Y uno más para terminar, que quizá dé en el clavo, aunque el hecho de que sea minoritario dice mucho de una España más abonada al frentismo que al respeto y más dispuesta a excavar trincheras que a construir puentes. La hace un exdiputado magente, Julio Lleonart, y debería ser válida para todos: se llamen Monedero, Cifuentes, Soraya, Díaz o Espinosa de los Monteros: