Sánchez se hace fotos con empresarios mientras Podemos les insulta
El presidente que más ha deteriorado la economía en la historia, y no solo por la epidemia, pretende anular toda resistencia a su nefasta política con el enésimo acto de propaganda.
Pedro Sánchez convocó ayer a las mismas empresas señaladas por su vicepresidente como responsables del incipiente empobrecimiento de los españoles, con el ausente Amancio Ortega como icono de ese discurso injusto, destructivo y demagógico.
Ésas son las contradicciones de este presidente, a quien hay que juzgar por lo que hace y no por lo que dice para no dejarse atrapar por su retórica, tan razonable en eventos así como antagónica con lo que realmente aplica luego.
Porque el presidente practica en realidad una cierta perversión política de valores tan nobles como el consenso, el pacto, el diálogo que solo utiliza para enterrarlos todos, anular la alternativa y tratar de imponer una visión única que, además, es profundamente contraproducente.
El acto propagandístico que se organizó ayer, con algunos de los representantes del IBEX 35 convertidos en meras figuras decorativas de atrezzo, lo resume todo. Obligó a acudir a los Pallete, Botín o Florentino Pérez, entre otros, para utilizar la foto con ellos de cara a la reunión de mañana con Pablo Casado.
No dijo nada relevante de cómo piensa gestionar la ya vigente catástrofe económica de España, resumida en la mayor destrucción de empleo y PIB de Europa. No restituyó la imagen del empresariado española, que se parece más a un pequeño taller que al BBVA pese a lo cual marginó en el acto a pymes y autónomos. Y no dio detalles de los ERTES, ni del mercado laboral, ni del impuesto de sociedades, ni de nada. Porque no le importa.
Él está centrado exclusivamente en aprobar como sea unos Presupuestos que le permitan agotar la legislatura y en laminar toda alternativa mientras coloniza hasta el último rincón del Estado. Y la imagen con los empresarios le ayuda a presionar a Pablo Casado para que le acepte su coacción y anule su capacidad de hacer oposición sin alcanzar un acuerde estable que compensaría ese sacrificio y lo explicaría por razones de Estado.
La oposición es imprescindible
Cuando lo logre, al día siguiente Casado volverá a ser un ultraderechista, los empresarios unos egoístas voraces y Podemos y los independentistas, ellos sí, unos socios preferentes para construir una España plurinacional y ajena al espíritu constitucional.
Replicar a un presidente así, que lo manipula todo, utiliza al Estado en su favor y cuenta con un altavoz mediático casi monocolor, resulta complicado. Pero apoyarse en la ciudadanía, mayoritariamente harta de un Gobierno que intenta convencerla de que su vida no se ha deteriorado pese a que lo ha hecho como nunca y en tiempo récord, es probablemente la única y mejor manera.