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Gobierno de España: elegidos para confinar

La Comunidad de Madrid se enfrenta a dos opciones: o declararse en rebeldía o poner en jaque la economía nacional con otro confinamiento que Sánchez utiliza como arma política.

Isabel Dïaz Ayuso, confinada a la fuerza

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¡Qué buenos actores nos estamos perdiendo con tanto Ministerio! El viernes ya estábamos comprobando atónitos que lo que el lunes parecía un alto el fuego entre el Gobierno central y el de la Comunidad de Madrid no era más que una escenificación al más cínico estilo sanchista.

Porque mientras nuestro queridísimo Presidente estaba dentro dialogando; los manifestantes, alentados por sus socios de Podemos, estaban fuera, Porque antes de dar el pistoletazo de salida a la carrera por el control de Madrid hay que calentar bien, no vaya a ser que el Gobierno termine con un esguince.


El calentamiento global progresista, con sus correspondientes concentraciones y encontronazos, pacíficos cómo no, con la policía, estuvo agitando a la Comunidad entera para desembocar finalmente en el comienzo de la carrera: las declaraciones del ministro de Sanidad más filosofal de todos, Salvador Illa.

Que no supo encontrar un momento mejor para tachar de insuficientes las medidas tomadas por Madrid y mostrar su desacuerdo con las mismas, que el de la comparecencia del viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Comunidad, Antonio Zapatero, en la que iba a explicar precisamente esas medidas con las que el ministro no estaba conforme de antemano.

La guerra volvió a resurgir de las cenizas que nuestro queridísimo Gobierno parecía tener guardadas a buen recaudo. Y nada más volver a estallar se cobró la vida política del portavoz del grupo Covid-19 de la Comunidad de Madrid, Emilio Bouza, que ha preferido mantenerse lejos del fuego cruzado y terminó dimitiendo dos días después de su nombramiento, poniendo con ello de manifiesto el estrepitoso éxito del grupo Covid-19, otra iniciativa presidencial creada a modo de cortina de humo.



Y, finalmente, rematábamos la semana con más concentraciones, alentadas, esta vez de forma abierta, por Podemos, PSOE, Más Madrid, asociaciones afines a la causa de quitarle a Isabel Díaz Ayuso hasta el último aliento y sindicatos varios, y más declaraciones de Salvador Illa.

Esta vez el ministro, con un tono claramente desafiante aunque, eso sí, siempre desde la “máxima lealtad”, instaba al gobierno de la Comunidad de Madrid a reconsiderar las medidas tomadas, escuchar a la ciencia y a los ya tan manidos expertos que por alguna extraña razón nunca terminan de juntarse en un comité y confinar la ciudad de Madrid al completo (aunque con Barajas, competencia del Gobierno central, como de costumbre de par en par).

¿Rebeldía en Madrid?

Como resultado de las maniobras gubernamentales en pos de la cooperación, Isabel Díaz Ayuso recibió un ultimátum de lo más solidario: o confina ella o interviene el Gobierno. 48 horas para decidir entre declararse en rebeldía y seguir defendiendo los intereses de la Comunidad que preside o poner su economía, y la del país entero, en un jaque mate.

Veremos qué pasa. Seguramente nada bueno… Y es que hay Gobiernos que tras 8 meses de pandemia, para el asombro de todos, siguen teniendo el confinamiento como la única respuesta. Gobiernos que, más que para gestionar el país, parecen haber sido elegidos para confinarlo.