Cerrar Madrid para arruinar a España: el plan de Sánchez para cambiar de Régimen
Para aquellos que están con el cambio de régimen, con el silencio cómplice de no pocos socialistas que se muestran escandalizados en privado, resulta vital acabar con la Comunidad.
El gobierno de Isabel Díaz Ayuso no está, pese a los titulares de algunos medios, en rebeldía contra el Estado. Es un gobierno de demócratas que cumple con la ley. Pero ejercerá, como no podía ser de otra forma, el legítimo derecho a recurrir ante los tribunales lo que considera una resolución injusta para los madrileños.
Una herramienta, la del recurso ante los tribunales, que en democracia se utiliza para dirimir conflictos. De hecho, la política entra en juego allí donde el Derecho no es capaz de pacificar las diferencias entre las personas. Las dudas legales que manifiesta la Comunidad de Madrid deben de ser resueltas por los jueces. No puede ser que el gobierno de Pedro Sánchez se haga con el gobierno de la Comunidad de Madrid por la puerta de atrás, jugando con la salud y economía de millones de ciudadanos, angustiados hoy porque no saben a qué atenerse ante la entente socialcomunista.
Contra la libertad
Cabe preguntarse por qué esa inquina de Pedro Sánchez, madrileño, contra Madrid. Una región por la cual el actual presidente del gobierno ha pasado sin pena ni gloria. Nadie recuerda nada del Sánchez concejal del ayuntamiento de Madrid. Tampoco como diputado nacional se le conoce una buena acción en favor de Madrid. Un Madrid en el que el PSOE no “toca bola” desde hace 25 años.
Madrid es la gran molestia para la tentación totalitaria que embarga toda la acción política del actual gobierno de España. Se trata de una región libre, con éxito innegable, que se muestra ante el resto del país como una alternativa al desastre irremediable que se produce allí donde gobiernan nuestros socialistas. Bajar impuestos y recaudar más. Libertad educativa y sanitaria. Respeto al ciudadano. Y todo esto, con los mejores servicios públicos del país. No lo soportan. Los coloca ante el espejo de su propia incompetencia.
Se trata de liquidar la democracia liberal que llegó con la Constitución para implantar un régimen autoritario
Pero en esta ocasión, tengo para mí que, además de ese odio propio del neurótico incapaz de entender el éxito de quienes no ven el mundo a través del caleidoscopio de la ideología, nos encontramos ante la necesidad de un gobierno que ha dado un giro autoritario de hacer desaparecer la oposición constitucional. Hay que destruir al PP, la única alternativa de gobierno posible.
Y hay que arruinar España. Porque donde desaparece la clase media prospera el autoritarismo. Porque en las sociedades empobrecidas el discurso del populismo socialista triunfa. La paguita y el silencio de los corderos.
Para aquellos que están embarcados en un cambio de régimen (con el silencio cómplice de no pocos socialistas que se muestran escandalizados en privado) resulta vital acabar con la Comunidad Autónoma que representa el triunfo del espíritu de reconciliación de 1978, el constitucionalismo, la defensa de la libertad. No se engañen, la arremetida del gobierno socialcomunista no es una arremetida republicana (dudo que Irene Montero sepa qué es la res pública).
Se trata de liquidar la democracia liberal que llegó de la mano por vía de reforma de la Constitución de 1978 para implantar un régimen autoritario, en el que solo ellos, los herederos de la transición por vía de ruptura que en su día representó el terrorismo leninista de la banda terrorista ETA, puedan acceder al poder. Ya lo dijo Pablo Iglesias: el PP no volverá a sentarse en el Consejo de Ministros. Es la frase que mejor retrata las intenciones totalitarias de quienes hoy nos desgobiernan.